Desde este espacio venimos insistiendo de la conveniencia de que quienes ocupan puestos de decisión en la vida pública conozcan, al menos elementalmente, la historia de nuestra ciudad. (Recomendamos el librito Alcaldes coruñeses, de Alfonso González Catoyra, editado por Vía Láctea y el Ayuntamiento de La Coruña). Volvemos a recordar (el conocimiento de la historia coruñesa), con motivo de la reclamación del BNG de retirar del nomenclátor urbano 14 calles "vinculadas al franquismo". Hace falta pedagogía, como recordaba el Sr. Monge: "o gran error e que non se fixo pedagogía política", y mucho menos, añadimos, reducir la biografía y la historia a pura criminología. La nómina, que ofrecen los nacionalistas, merece algunas reflexiones. Por ejemplo, la supresión del nombre de D. José Toubes Pego, fundador de El Ideal Gallego, capellán de la Asociación de la Prensa de La Coruña y párroco de la iglesia de San Pedro de Mezonzo. Otro, D. José Pérez Ardá, doctor en Derecho, alcalde en tres ocasiones, entre sus grandes realizaciones destaca el Estado Municipal de Riazor. Obtuvo plaza en el Cuerpo Jurídico del Ejército, a la que renunció por disconformidad con los Consejos de Guerra, Eduardo Sanjurjo de Carricarte (9/02/44-22/04/47), abogado, jurídico, destinado en el Instituto Social de la Marina y presidente de la Institución nacional de Previsión y del Seguro de Enfermedad de la Coruña, pintor, académico de Bellas Artes y fundador del Instituto de Estudios Coruñeses José Cornide. Vuelven a repetirse los casos de Calvo Sotelo y de Miguel Primo de Rivera, fuera del ámbito temporal de la Ley de la Memoria Histórica. Y así, hasta 14 casos demostrativos, en su mayoría, del cuidado que debe imperar al juzgar las conductas de ayer en las actuales circunstancias. Exige dilucidar la historia para evitar dudas, asunto difícil en tiempos de revisionismo y de lendrera clerical. La memoria, sin adjetivos, es la cortesía de la inteligencia y distingue al historiador del novelista. El nomenclátor urbano debe ser una prueba de admiración y ejemplo, no de rencores ni de revanchas, y servir para el conocimiento de nuestra historia.

Otrosí digo

En lo que se refiere al escudo franquista de la vidriera de la escalera de honor del Palacio Municipal, según el profesor Sánchez Arévalo, "su permanencia está sustentada en el artículo 15.1 y en la excepción contenida en el artículo 15.2 de la Ley de la Memoria Histórica" y recuerda que "ni siquiera la dictadura de Franco eliminó el escudo republicano existente en la vidriera del Salón de Plenos". ( Pedagogía política y Memoria histórica, LA OPINIÓN 6/07/2010)