"El olfato de los inquisidores se aguza y van sintiendo la necesidad de nuevas cacerías. Llegan informes confusos y dispersos. Un maleficio, una reunión sospechosa, una calavera desaparecida" .

Pedro Gómez Valderrama, Muestras del diablo (1958)

He leído que Rivera y Rajoy se animan a trabajar por la igualdad de derechos todos los días; cuando me lo cuento recuerdo que hace tiempo llegué a la conclusión de que es mejor que sigan así, sin hacer nada. A ellos les va bien, al resto podría irnos peor si se meten en el fango de los problemas de la vida diaria. De vez en cuando sus manzanillos les pasan chuletas. A Bush seguro que lo recuerdan leyendo con dificultad un cuento a unos chiquillos, cuando le dicen al oído que han atacado las Torres Gemelas y él no sabe qué hacer. A Trump fue necesario aclararle si tenía que compadecer o felicitar a las víctimas de los asesinatos en Florida.

Pues sí, hablamos de Rivera, aupado -en pocas horas- a las más altas cumbres del feminismo trasversal y de los guardias de corps de M. Rajoy que el 8-M le injertaron un párrafo en el discurso ante sus colegas populares europeos en Valencia diciendo que muy bien eso de las mujeres y le clavaron una banderilla en la solapa del color apropiado para el día. Él no sabía si aquel lazo era por el VIH, si apoyaba a Pablo Iglesias, a las mujeres maltratadas o contra el cáncer de mama; solo estaba seguro de que no era amarillo, que le da mal fario desde hace meses. En cierta medida comprendo su despiste, con lo sencillas que son las estrellas y sus puntas, los galones en los uniformes, ahí no hay duda ante quién cuadrarse.

El caso es que, mientras el jueves pasado desfilaba marcialmente a paso ligero, le pilló el toro con el paso cambiado, no contaba con aquel alboroto mañanero, ni presagiaba los abarrotes vespertinos en las calles. Si hubiese sido un recluta, el error se solucionaría con una colleja del cabo chusquero; pero con él no se pueden tomar esas confianzas y hay que sacarlo del charco, que por lo demás es su hábitat natural. En su discurso solo faltó hacer referencia al título de este folio para justificar las movilizaciones feministas. Ni Trump ni Putin hubiesen fallado en ese detalle. Ya lo sentenciaba Benedetti: "El futuro no es una página en blanco / es una fe de erratas."

Hablando de erratas, señalemos las de las señoras ministras y demás ejemplares de la corte del señorito pontevedrés han dado palos de ciego tan abultados como los del monseñor donostiarra y sus demonios invasores de mujeres, ¡qué cantidad de exorcismos tendrá que hacer!

Esperemos que a partir de ahora acertemos y demos palos de vidente, sin dar pie a la transversalidad. Contraofensiva Si a uno/ le dan/ palos de ciego/ la única/ respuesta eficaz / es dar/ palos/ de vidente. Mario Benedetti Cotidianas (1979).