El Banco Pastor, buque insignia de la banca regional, que desde su fundación en 1776 ha sido el motor del desarrollo económico-empresarial de Galicia, está a punto de perder su nombre. Capitaneado desde mediados del siglo XX por don Pedro Barrié de la Maza, fue decisivo en la creación de numerosos emprendimientos industriales, entre ellos Fenosa, una de las compañías más relevantes del sector energético; y de la Fundación Barrié de la Maza, prestigiosa por su solvencia y su mecenazgo socio-cultural. Fue la obra cumbre de su precursor que, en su actividad profesional, tuvo la virtud de asimilar el protagonismo del capital al de la sabiduría y el sentido común. Don Pedro Barrié sabía, como pocos, que los problemas de las empresas eran casi siempre consecuencia de la mentalidad de sus dirigentes y que, en Galicia, arrancaban de sus propietarios. Era partidario de que el capital perdiera prerrogativas y que la ética de la gestión fuera el centro de gravedad. La figura de don Pedro sobresale por su amor a Galicia cuando su capitanía empresarial coincide con La Coruña, erigida en el foco industrial y en la guía del renacer cultural de Galicia, "con esa amplitud de miras que da sentido político, universalidad y tolerancia, esencia del espíritu coruñés" (resume Martínez Barbeito) y "compromiso de la libertad, ayuda y comprensión hacia el vecino y no vecino, que definen el alma de la ciudad" (García Sabell). Don Pedro Barrié lo explicitó con hechos: dotó a Vigo de los primeros tranvías regionales y acudió con alforjas de dinero por si sería necesario salvar su crisis bancaria, construyó el complejo turístico de La Toja, cedió terrenos de su propiedad para la Ciudad de la Cultura y aportó 500.000 pesetas de entonces para restaurar el Pórtico de la Gloria. Don Pedro ha sido un coruñés excepcional, gallego de pro y, por ende, doblemente español. Con su muerte (14-3-1971) comenzó a "irse" el Banco Pastor.

Otrosí digo

De ahora en adelante, el destino del Banco Pastor seguirá el recorrido de tantas fusiones o absorciones bancarias: dramática movilidad laboral, prejubilaciones, jubilaciones anticipadas, etc. y la consiguiente pérdida de identidad, como ha sido siempre de rigor en todas las grandes operaciones de integración en las grandes marcas matrices.