Los ayuntamientos de A Coruña y Santiago acaban de dar el primer paso para atajar el minifundio aéreo y la descoordinación que resta potencial a los aeropuertos gallegos con políticas de promoción de vuelos que a menudo compiten entre sí. Ambos proponen a la Xunta sumar las inversiones para promoción de vuelos en una 'caja común' a la que la administración autonómica debería aportar la misma cantidad que los concellos.

El objetivo de la propuesta es que los vuelos no se solapen, que los aeropuertos gallegos no compitan entre sí y que se coordine la financiación para la promoción de viajes de modo que se evite que las duplicidades lastren las cifras de las terminales.

La propuesta de ambas ciudades a la Xunta está condicionada en primer lugar a que el Ejecutivo gallego iguale su aportación de fondos, al considerar que sería injusto que los concellos tuvieran que financiar en solitario el gasto de promoción aeroportuaria de la comunidad. También proponen que se sumen las Diputaciones con aeropuerto en su demarcación provincial.

A Coruña mantiene actualmente convenios promocionales con compañías aéreas por valor de 1,5 millones de euros. Alvedro tiene ahora en vigor nueve rutas con cuatro compañías y el presidente del Comité de Empresa, Justo Pérez Ceán, manifestó a este periódico que hay espacio para una cuarta conexión con Barcelona, dado el nivel de ocupación que ha conseguido la tercera, consolidada desde su implantación durante el año pasado.

Esta política de coordinación de vuelos funciona ya en otras comunidades españolas, como es el caso de Canarias o el País Vasco. Un ejemplo en la práctica: si A Coruña dispone de un vuelo asentado a Londres, el destino internacional con mejor ocupación de Galicia, podría quedarse con él sin competencia al tiempo que Santiago haría lo mismo con el vuelo a Fráncfort.

Los Gobiernos de A Coruña y Santiago justifican su iniciativa por la ausencia de una política gallega de coordinación de vuelos desde la Xunta, un vacío que se ha cubierto con una competencia de promociones entre las tres ciudades de la comunidad con terminal aérea, que ha tenido como consecuencia en los últimos años un incesante crecimiento de la captación de pasajeros gallegos por el aeropuerto de Oporto.

La amenaza de la terminal del norte luso será aún mayor con la nueva conexión de tren con Oporto, que será operado por Arriva. Sin embargo, los concellos de A Coruña y Santiago consideran que esta amenaza podría convertirse en una oportunidad con la puesta en marcha de una política gallega de coordinación aérea hasta ahora prácticamente inexistente, que concentre las inversiones de los ayuntamientos, con apoyo financiero de la Xunta, y frene la pugna entre ellos para hacerlos más competitivos frente a Oporto.

La iniciativa conjunta surgida desde A Coruña y Santiago se produce una semana después de que el presidente de AENA, Jaime García-Legaz, avanzase en la ciudad que descarta aumentar las inversiones consignadas para Alvedro, escudándose en que la implantación definitiva del AVE haga descender el pasaje en un 25% e impida alcanzar el objetivo aeroportuario de los 1,3 millones de viajeros.

Tanto el Ayuntamiento coruñés como el comité de empresa de Alvedro mantienen por otra parte una pugna con AENA para aumentar las inversiones consignadas para el aeropuerto y confían en que Alvedro alcance ese tope en dos años, dado el ritmo de crecimiento actual: El último ejercicio, el de 2017, se cerró con 1,14 millones un 7% más que en 2016.

En el Documento Orgánico de Regulación Aeroportuaria, la inversión reservada para Alvedro es de 6 millones de euros en el cuatrienio 2017-2020, mientras que a Vigo se destinan 9 millones de euros y a Santiago 14 millones de euros.

A Coruña figura a la cola en Galicia en la cantidad que aporta el ente dependiente de Fomento cuando no ocupa esa posición en número de pasajeros y cuando es la única que no se ha beneficiado de la ampliación de una terminal o de una terminal nueva.

Estas desigualdades deberían estar contempladas también en una efectiva política aérea gallega que el actual comité de rutas aéreas de Galicia, creado en 2009, nunca llegó a cumplir en la práctica.

A Coruña y Santiago dieron este pasado jueves un ultimátum al comité, a cuyas reuniones dejarán de acudir si no afronta de una vez la responsabilidad de planificar una estrategia conjunta para los vuelos de la comunidad.

En los últimos años, esta estrategia se limitó a dejar la promoción de vuelos en manos de las inversiones municipales, lo que derivó en una competencia entre las terminales gallegas que solo beneficia a Oporto.

El plante de A Coruña y Santiago pretende revertir esta situación e implicar a la Xunta en un mayor esfuerzo presupuestario, de manera que no sean los concellos, que carecen de competencias aéreas, quienes soporten en exclusiva la factura de la promoción aérea en la comunidad.