Sigo pensando que la moción ha sido inoportuna y errática, pero además ha sido fraudulenta porque ha faltado el examen del candidato y su programa, reduciendo la moción a la censura del presidente Rajoy. Se ha cumplido con la letra de la Constitución y del reglamento de la cámara pero no con una de las dos exigencias de la moción de la censura, la presentación de un programa por el candidato y el correspondiente examen por los diputados. Ese programa no podía reducirse ni a la simple oferta de una convocatoria electoral, en eso consistía el simple invento ese de una moción de censura instrumental, ni a la carta a los reyes magos que ofreció Sánchez pidiendo la hora porque el debate no daba más de sí frente un Rajoy dispuesto a debatir el tiempo que hiciera falta sobre pensiones y sobre cualquier otro asunto de importancia. Sánchez vino sin programa sobre el que debatir. Y los grupos que acabaron apoyando la moción tampoco tenían el menor interés en debatir y sí sólo en censurar y denigrar a Rajoy que hizo lo correcto al ausentarse. Lo de Sánchez no fue un olvido sino una meditada decisión para evitar el peligro de que, debatiendo sobre un programa, saltasen chispas entre los grupos que le apoyaban cada uno por motivos distintos y opuestos y acabaran ardiendo el apoyo y la moción. Sólo un objetivo compartido entre PSOE, Podemos, Bildu, independentistas catalanes, PNV, Mareas, Compromís y canarios: echar a Rajoy. Y lo consiguieron porque impedido el debate sobre un programa era fácil el acuerdo en la censura. O mejor en las censuras porque los motivos de cada quien no eran los mismos. Se sobreactuó poniendo los focos sobre una sentencia que no condena penalmente al PP, que ni de refilón menciona a los ministros y que no acusa de mentir a Rajoy, entre otras cosas porque al comparecer como testigo hubiera incurrido en delito de falso testimonio. Cuando no damos credibilidad a una persona no la acusamos de estar mintiendo, lo saben los niños pero Margarita Robles se empeña en confundir las cosas. Se sobreactuó con una sentencia que lleva un voto discrepante y que será recurrida. Y se sobreactúa con la corrupción del PP cuando se presenta una moción de censura por delitos cometidos cuando Aznar, hace doce o quince años.

También eran distintos y opuestos los motivos por los que se apoyó a Sánchez. Todos para echar así a Rajoy, el enemigo de la democracia y de los pobres del mundo. En particular, apoya Iglesias porque quiere que Sánchez haga políticas sociales y económicas que faciliten un casoplón como el suyo a los millones de afectados por la crisis y la desigualdad. Los independentistas para que saque de prisión a sus héroes y dialogue para seguir con el procés. El PNV por el acercamiento de presos de ETA, por más competencias y por un estatuto confederal. Los demás para que acelere el socialismo de verdad y la liberación de las mujeres, los canarios por más pasta y Fernán Vello para un mejor mantenimiento de infraestructuras en Galicia. Ya en la calle le apoyaron los dos sindicatos porque quieren la derogación de la reforma laboral al completo y subida de salarios. Faltaron los animalistas.

Triunfó la moción y Sánchez ya es presidente. Él y el PSOE son los únicos responsables de la moción, por más que trate absurdamente de culpar a Rajoy por no haber dimitido. A partir de ahora a ver cómo se las arregla para contentar a sus apoyos. El PP queda tocado pero tiempo tiene por delante para recuperarse y debe hacerlo porque es un partido imprescindible. C´s queda? colgado de la brocha. Y millones de españoles muy preocupados con lo que puede venir.