Tenía pensado darme una temporada de tranquilidad, aprovechando que la salud no es lo mejor que me acompaña, y que con el Campeonato del Mundo de Fútbol los lectores ya estarían suficientemente satisfechos e informados de lo que realmente interesa a los medios, deporte y discusión.

Pero en estos últimos días han surgido al menos tres noticias que me han producido tal malestar en el cuerpo que no me puedo resistir a escribir algo sobre ello.

Todas ellas son con toda seguridad conocidas por todos, pero quizás no les produjo la rabia y la crítica a la sociedad en la que vivimos del mismo modo que a mí.

El día 17 de junio atracaban en el puerto de Valencia, después de un acto de generosidad y por el que debe estar perfectamente orgulloso nuestro presidente de España, 629 refugiados, exiliados, huidos de la miseria que sufren en sus países de origen, o de las simples mafias que pretenden traficar con sus cuerpos. En este puerto español eran recibidos como personas, como seres humanos, y tratados del mismo modo. Frente a esa posición de solidaridad, amor al prójimo, ayuda mutua, otros países, Italia o Malta, rechazaban que pudieran desembarcar en sus puertos, y los obligaban a vivir en un pequeño barco español de rescate, el Aquarius, posiblemente hasta el fin de sus días. Eso sí, les proporcionaban comida en mal estado, como hemos podido comprobar, cuando la misma se tiraba por la borda.

La actitud y comportamiento del presidente italiano me recuerda mucho a la etapa del genocidio alemán, cuando transportaban en trenes inhumanos a miles de judíos directos a las cámaras de gas; en el presente caso los querían dejar morir en un barco sin los cuidados esenciales.

Algún comentario en las redes sociales aclara muy bien cuál es el tipo de sociedad en la que vivimos; hipócrita, egoísta, inhumana, insolidaria, y como no, para una buena parte de la población, fascista.

"De esos 629, 450 son hombres adultos y alrededor de 100 varoncitos, eso da un total de 550 machos alfa más que dispuestos a inseminar a cientos de damas españolas".

"Espero que ese imbécil plurinacional de Ábalos, que ha llamado a todo el pueblo italiano nazis, xenófobos, racistas y asesinos, encima haciéndolo en nombre de toda España, sea denunciado por calumnias y delito de odio por el pueblo de Italia, y llevado antes los tribunales europeos. Ni toda Italia votó a la Liga Norte, ni en España mucho menos hemos votado al PSOE, el cuál sí ha sido votado por el terrorismo de ETA, y el nazismo catalán y vasco".

No sigo con otros comentarios, porque me daría asco de un país que se dice que su inmensa mayoría es católica, y celebra con tanta fe las procesiones del Rocío o Semana Santa. ¡Cuánta incongruencia, mentira y envidia!

De nuevo en estos últimos días vuelve a surgir otra noticia de parecido corte periodístico. Esta vez, un barco de la ONG alemana Lifeline se encuentra varado en el mar con alrededor de 224 personas rescatadas a bordo, a la espera de que algún país le permita atracar. Sin embargo, las autoridades maltesas e italianas han expresado rápidamente su negativa de hacerse cargo de la embarcación.

Como vemos los mismos personajes políticos, que en el caso del Aquarius.

Yo no digo que tenga que resolverlo un país, pero sí Europa, con compromisos serios de rescate, realojo y formación. Esa misma Europa que anteriormente les robó, se apoderó de sus tierras, cazó sus animales, se hizo con las correspondientes concesiones administrativas, y convirtió en esclavos su población, con el beneplácito de la Iglesia, cuando decía: Los negros son seres vivos, igual que las plantas, nacen, crecen se desarrollan y mueren, pero no tienen ningún derecho".

Por no extenderme más, solo haré una referencia al impresentable presidente de EEUU que mete en jaulas, como si de animales se tratasen, a niños que han tenido la mala fortuna de intentar pasar la frontera americana con sus padres. ¿Se acuerdan ustedes cuando en los campos de concentración alemanes al llegar los trenes se separaban a las familias, padres de los hijos y esposas de sus maridos? ¿Qué sociedad estamos haciendo? ¿Qué dirigentes políticos hemos elegido?, ¿hacia dónde vamos?, ¿la involución?