El abandono que registra actualmente la plaza de Pontevedra de nuestra ciudad necesita con urgencia un repaso, como corresponde a un lugar emblemático, antiguo nexo entre el Ensanche y el llamado Centro de La Coruña. Fue estación de autobuses, lugar de intenso habitar, donde convivieron lo rural y lo marinero en una relación armoniosa. En sus varias y poco afortunadas mutaciones, siempre estuvo, y lo sigue, abierta al orbe estudiantil en un ágora en la que se intuye el orden y el desorden. La presiden dos nobles edificios, el Instituto Femenino de Enseñanza Media y el Colegio de Primera Enseñanza Eusebio da Guarda, cuyas fachadas pétreas señalan el abandono, que la suciedad y el descuido de su contorno, exigen profunda higiene reparadora. El Instituto, donde el padre de Picasso fue director, y el Colegio muestran la dejadez gobernante por la Cultura, que también comprende atender el mantenimiento de los templos del saber. En este caso, los dos grandes edificios que presiden la plaza de Pontevedra constituyen una imagen clásica de nuestra ciudad como símbolos de un espacio donde a diario algo "tiene lugar", algo humano se entiende, como lo es su población infantil. "Tener lugar" es tanto como calificar una zona urbana que para los técnicos registran "anisotropías", en román paladino, desigualdades geométricas. A fin de cuentas, la ciudad en un sentido empírico, es el soporte de unas estructuras sociales, el reflejo del carácter sus habitantes, la impronta del trabajo humano.

Otrosidigo

Sorprenden, pero no nos extrañan, las declaraciones del nuevo ministro de Fomento en torno al AVE a Galicia, que auguran retrasos en la ejecución de la línea. "Auditaremos el trazado para saber si se cumplen las fechas lanzadas por el PP". Los coruñeses conocemos los "argumentos" de Fomento con relación al aeropuerto de Alvedro: "impacto ambiental", "banda sonora", "mejoras de aproximación", etc., es decir, retraso del calendario fijado inicialmente.