Feijóo, seguro de su sagacidad política teme, con fundamento, que el Gobierno de Sánchez trastocará las previsiones fijadas para la llegada del AVE a Galicia, "asunto estrella" para el pecunio público del titular se la Xunta. Así se lo expresó al nuevo Delegado gubernamental, sabedor (Feijóo) que si las circunstancias fueran al revés tal vez hubiese actuado del mismo modo. Es el campaneo entre la razón y la realidad de quienes utilizan la política no en áreas del bien común, si no embargados por la controversia sistemática. Feijóo, aferrado a la pedanía del poder regional, ya no cuenta en la actualidad con un "gobierno amigo" tan pródigo en complacencias. A piñón fijo con el Xacobeo y la obsesión por la Ciudad de la Cultura, no ha reparado en atizarle 17 millones de euros para un nuevo pabellón, obra de tan singular urgencia como la de restaurar el abandonado Monte do Gozo. Es el suma y sigue del dinero público casi siempre en favor de un mismo destinatario. La incontenible demanda del mandamás gallego al Delegado de Gobierno tuvo parecida gimnasia dialéctica: "Que no nos tomen por parvos" (Feijóo); "Los plazos para la llegada del AVE dependen de la Física y de la Matemática"; respuesta etérea de Losada, como corresponde a un anestesista. Los aforismos nos indican que por un lado, la Física, si es gravitacional, se apoyará sobre un soporte. Si es cuántica, su energía tendrá una magnitud discontinua; En cuanto a la Matemática, se subordinará a la aritmética y a la geometría. Esta alquimia, de palabras marchitas, es símbolo de la escasa voluntad política de quienes, sobre el AVE a Galicia, tienen capacidad de decisión.

Otrosidigo

El inicio de las obras de la nueva intermodal de Santiago nos trae a la memoria que la intermodal de La Coruña fue aprobada el 12-05-11, adjudicada al proyecto La Coruña se divierte de César Portela y de la Ingeniería Idom Intermodal por 900.000 euros que, al parecer, duerme el sueño de los justos. Estos días, las emisoras gallegas nos recuerda, que el descuido del ayuntamiento coruñés sobre el asunto, nos lleva al riesgo de perder la subvención otorgada por la Unión Europea. La omisión debe ser reparada y estar ojo avizor, aunque el proyecto no nos pertenezca.