Estos días llega a la barra de la taberna el debate sobre la tesis doctoral del presidente del gobierno y los trabajos previos a la misma del jefe de la oposición, a su pesar. Menos mal que sólo hay "muertos políticos" y no políticos muertos, como cuando gobernaba el presunto futuro exhumado, o algo así.

En ese foro tabernario he escuchado -y permítanme que no cite las fuentes bibliográficas, imposibles- a un ingeniero atacar la tesis doctoral del presidente, a las dos horas de publicarse, argumentando que no se podía ser doctor de esa forma, que un doctor tiene que ser un médico y que el presidente no es médico. Es mi declaración responsable y no desvelaré la fuente, si no es ante un juez; aun así, pasaría apuros y no la desvelaría. Así mismo he escuchado que esto con Franco no pasaba, que para eso él creó la Seguridad Social, para que todos fuésemos iguales en las listas de espera, que los doctores estaban para eso y que los farsantes no podían ser doctores. Parece mentira que los mitos se consoliden como teoría verdadera; pero como una teoría verdadera que va a misa, al que yo llamo doctor, es doctor, aunque sólo lo sea en teología y viole a niños. Creo, incluso, que el presunto exhumado de Cuelgamuros fue investido doctor "honoris causa" en algunas universidades, entre ellas la de Santiago de Compostela en la que el rector Echeverri distinguió al dictador con toga, muceta, puñetas y birrete en 1965. Si les parece poco, solo disfrutó de tal honor hasta 2006, todo un récord. Mientras tanto continuó su macabra actividad, diez años después de serle atornillado el birrete -cual boinicéfalo- firmó sus infames últimos cinco fusilamientos al alba del 27 de septiembre de 1975, sus últimas ejecuciones perpetradas en vida. Aún no sabemos sus méritos académicos para tal doctorado -durante 41 años- pero con lo que conocemos ya nos llega, les pueden regalar a Pablo Casado y Albert Rivera lo que les venga en gana por haber votado que se le siga honrando en su valle, como lo hicieron la semana pasada; desde las cunetas se lo agradecerán.

Solamente les falta defender en tribuna parlamentaria que el difunto creó la Seguridad Social; algo parecido a lo que podría ser nuestra Ley Godwin, es decir, a medida que una reunión familiar, o de amigos, se alargue, lo más probable es que aparezcan Franco o la Guerra Civil en la misma. Y hablando de la SS del presunto exhumado, hay fechas a recordar: 1883 Comisión de Reformas Sociales, 1900 se crea el primer seguro social, la Ley de Accidentes de Trabajo, y ocho años más tarde, en 1908, se crea el Instituto Nacional de Previsión, donde se integran las cajas que gestionan los distintos seguros sociales que van surgiendo, 1919 el Retiro Obrero, en 1923 el Seguro Obligatorio de Maternidad y en 1931 el Seguro de Paro Forzoso.

Esperemos que PP y C's no nos vendan el referéndum de los 25 años de paz de Fraga.