El histórico conjunto enciclopédico O Pasatempo, el monumento más emblemático de Betanzos y primer parque temático erigido en España, se cae literalmente a pedazos por la desidia de las administraciones, que no acaban de poner en marcha medidas efectivas que frenen su imparable deterioro.

El último episodio de este penoso declive, el derrumbe en estos días pasados de parte del templete del Estanque del Retiro, uno de los elementos más singulares del parque cultural, durante las obras municipales emprendidas para vaciarlo de agua, ha encendido todas las alarmas.

El Ayuntamiento de Betanzos se ha visto obligado a decretar el cierre del conjunto histórico, mientras crece la indignación vecinal por esta enésima muestra de abandono. La Asociación de Amigos del Pasatiempo, que convoca hoy una concentración de protesta, sopesa emprender acciones legales contra el Concello, al que responsabiliza de lo ocurrido y carga también contra la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta por no haber evitado esta actuación.

El Gobierno local brigantino aclara que los trabajos de vaciado en el estanque que causaron presumiblemente el desprendimiento se realizaron por recomendación expresa de los redactores del anteproyecto de recuperación del parque. El Ejecutivo sostiene que el vaciado era imprescindible para proceder al sellado de las grietas del templete. Estos trabajos y diversas actuaciones de seguridad están contemplados en una partida de 50.000 euros aprobada en el pleno el pasado mes de septiembre para obras de urgencia en O Pasatempo.

El Concello brigantino ha informado de lo ocurrido a Patrimonio para que evalúe la situación e indique con urgencia las medidas a tomar y matiza que es responsabilidad de la Xunta establecer y autorizar cualquier actuación tras la declaración provisional de Bien de Interés Cultural (BIC) efectuada esta pasada primavera.

El problema, como viene ocurriendo desde hace años en este asunto, es el interminable tira y afloja presupuestario entre administraciones. La Diputación de A Coruña y el Ayuntamiento de Betanzos anunciaron un convenio que destina 750.000 euros, 600.000 del organismo provincial y 150.000 del Concello, para abordar la primera fase de rehabilitación del parque brigantino, que contempla la elaboración técnica del proyecto, pero aún está sin firmar.

La Xunta, por su parte, argumenta que carece en el presupuesto de 2019 de partidas específicas para bienes culturales, pero señala que ya manifestó su voluntad de participar en la elaboración técnica del proyecto de rehabilitación y aplaza su inversión a la segunda fase, que anuncia como muy ambiciosa. El coste global previsto para la recuperación del complejo cultural brigantino es un millón y medio de euros, aunque la cantidad podría variar tras la elaboración del proyecto.

La triste realidad, a día de hoy, es que el histórico Pasatempo se está viniendo abajo y solo se cuenta para contener la sangría con una modesta partida de 50.000 euros, a todas luces insuficiente.

Cuarenta años transcurrieron desde la primera intentona para lograr la protección monumental del parque modernista de Betanzos hasta que la Xunta resolvió iniciar esta pasada primavera los trámites para la declaración oficial de Bien de Interés Cultural, que todavía no es firme. La decisión de la Consellería de Cultura se adoptó tras tres décadas de campañas vecinales fallidas que reclamaban la recuperación de O Pasatempo y meses después de que el derrumbe de un mural volviese a encender los ánimos en Betanzos. Pero hasta que la tramitación del BIC no concluya, no habrá partidas económicas autonómicas para O Pasatempo.

Lamentablemente, los desplomes se suceden en el parque sin que la situación administrativa se desatasque. La falta de mantenimiento y de interés por su conservación, que entró en colisión con operaciones inmobiliarias en su entorno, propició en las últimas décadas un incesante declive cada vez más patente en la suciedad que cubre las esculturas, el óxido de pasarelas, las fuentes sin agua o los relieves deslucidos y rotos.

El abandono no ha respetado siquiera el recuerdo de su creador, Juan Naveira, que se hizo inmortalizar a lomos de un dromedario y que hoy apenas es reconocible con los pies amputados y el rostro oculto por una gruesa capa de mugre. La ruina también se ha cebado con el colosal león que preside el recinto, mancillado con pintadas, y con las esculturas decapitadas y mancas que dan la bienvenida a un mirador construido en los noventa y que no llegó a utilizarse.

El derrumbe en 2017 de parte del mural del estanque de la gruta puso en marcha la enésima campaña vecinal para salvar O Pasatempo, en la que se reclamaba con el aval de 10.000 firmas una intervención inmediata de las instituciones. El clamor vecinal cosechó buenas palabras por parte de todos los interpelados, pero los meses pasaron con las administraciones implicadas enzarzadas en una discusión bizantina sobre su papel en la rehabilitación.

Hasta la llegada de un nuevo derrumbe esta pasada semana. Ya no hay tiempo para más distracciones administrativas. Lo que urge ahora es que Concello, Diputación y Xunta agilicen los trámites necesarios para afrontar de una vez la rehabilitación integral de un parque único en España. Con claros compromisos de fechas e inversiones. Y antes de que nuevos y previsibles derrumbes no dejen ya nada que recuperar.