En momentos de desasosiego político, con la sociedad en imparable mudanza, es dable advertir la notoria capacidad entorpecedora de algunos gobernantes. Los conflictos, entre el yo y el mundo, suelen tener mal fin especialmente si aflora el narcisismo en dirigentes cuyo ego propio de los bulímicos del poder aviva la curiosidad de someterlos a un análisis psicobiográfico, por la influencia que tienen sus decisiones en la vida social. Galicia, en términos generales, es un oasis, aunque la inquietud se manifieste en determinados ámbitos socialistas y nacionalistas y en los partidos mareantes, por la avidez de poder y la ebullición de sus bases. La falta de cordura, sensatez, agudeza pragmática en el juicio son tan evidentes como su excesivo sectarismo. Frente a todos, porque así es la lucha política en Galicia. Núñez Feijóo sigue propinando atenciones a La Coruña y nos promete un grandioso hospital en terrenos municipales, aun conociendo la afición al bloqueo del Gobierno local. El ciudadano de a pie puede plantearse una elemental reflexión: si no han sido capaces de adecuar un centro de salud en el Mercado de Santa Lucía, ¿cómo es posible acometer la construcción de un nuevo nosocomio si no se cuenta con el asenso del alcalde y su elenco? Feijóo, oportunista, ha lanzado un tiro al aire, que pone en un brete al regidor coruñés, habituado a perder el sello del paisaje. A la hora de defender lo nuestro, que también es lo suyo, ningún político puede sentirse en inferioridad al no reconocer y llegar a suscribir lo que propone el adversario, porque no se trate de ideas o proyectos propios. Oponerse, por sistema, es una actitud lesiva en quienes viven somnolientos en la ideología.

Otrosí digo

Sigue la morterada inversora en la Ciudad de la Cultura. En los presupuestos gallegos se reservan, además, 30 millones para las intermodales de Santiago, Vigo, Ourense y Pontevedra. La intermodal coruñesa, primera que se proyectó, sigue empantanada en ese contencioso Xunta-Ayuntamiento. Hay otra serie de inversiones, pero no se reseña en nuestra ciudad. Ustedes mismos.