A primeros de octubre publiqué un minuto manifestando que ojalá fuesen iguales los dos corredores -que por ahora no lo son- que nos enlazan con Europa, el mediterráneo y el atlántico. Retomo el tema por su interés y para hacer algunas precisiones que me llegaron a propósito de entonces publicado. Los dos tradicionales puntos viarios fronterizos -Port Bou, en el este de los Pirineos y Hendaya, al Oeste- han sido, y siguen siendo, mientras no se habiliten otros como el ansiado por aragoneses y preterido de Canfranc, los principales puntos de salida y entrada de personas y mercancías vía Europa. He de precisar que el denominado corredor atlántico no recorre la cornisa cantábrica sino que cruza la meseta hasta acabar en Lisboa, con lo cual la zona en que habitamos, el Noroeste peninsular, viene a ser una ramificación que enlazaría con dicho corredor. Y de ello, del noroeste, ha vuelto a hablarse a nivel empresarial con insistencia para hacer acto de presencia en los planes de infraestructuras y ayudas comunitarias para evitar su declive y abandono, pues esa es la realidad en comparación con otras zonas. Al igual que el "¡Teruel existe!", y eslóganes similares, vamos a tener que repetir insistentemente "¡el NO sí existe!"