Los últimos datos conocidos sobre tráfico de viajeros en Alvedro, referidos a lo que va de año hasta el 31 de octubre, apuntan a que a final de año alcanzará muy probablemente la cifra de 1.200.000 pasajeros que el plan director prevé para 2021.

Los 1.030.750 pasajeros que transitaron en ese periodo por Alvedro hacen que la terminal coruñesa se quede a tan solo 174.050 de la cifra marcada en el borrador de su plan director como el tráfico previsto para el año 2021, fijado en 1.204.800 viajeros.

Si se tiene en cuenta que durante octubre fueron 110.633 las personas que hicieron uso de los vuelos con salida o llegada desde Alvedro y que el aeropuerto coruñés acumula treinta meses de crecimiento ininterrumpido, todo invita a pensar que el próximo 31 de diciembre se habrá sobrepasado la cifra que se le asignaba para dentro de tres años. Con los datos actuales, la previsión es que al final del presente ejercicio ronde los 1,23 millones de pasajeros.

El aeropuerto coruñés no solo escala con estos números a un nivel de tráfico que AENA no le otorgaba hasta dentro de tres años, sino que roza ya el retorno al récord histórico de pasajeros, 1.300.000, que llegó a registrar antes del estallido de la crisis económica.

El número de viajeros de un aeropuerto es clave para estipular las inversiones que se deben acometer para sus necesidades. AENA basa precisamente en las proyecciones de pasajeros las inversiones programadas en el plan director para el aeropuerto coruñés hasta 2030, entre las que figura la ampliación de la terminal y la mejora de la pista por 137 millones de euros. El plan, que acaba de cerrar su fase de exposición pública, estipula que Alvedro llegará a alcanzar en 2030 los 1,6 millones de viajeros y que el edificio destinado a su tránsito debe incrementar su superficie en 5.000 metros cuadrados si en 2028 se llega a los 1,3 millones.

El problema es que los datos reales de tráfico en el aeropuerto coruñés están alcanzando ya en 2018 las previsiones marcadas para dentro de varios años. Lo que en la práctica significa que las inversiones necesarias en Alvedro están calculadas a la baja, en base a una estadística obsoleta. La terminal coruñesa estaría bastante cerca ya a final de este año de esos 1,3 millones de pasajeros que el plan director no le asigna hasta 2028. Y hay que tener en cuenta además que AENA, por las presiones recibidas, revisó al alza en el plan director del aeropuerto coruñés unas previsiones de tráfico que siguen siendo irrealmente bajas.

El anterior presidente de AENA, Jaime García-Legaz, en una visita a la ciudad coruñesa el pasado mes de mayo, poco antes del relevo en el Gobierno, descartó aumentar el presupuesto de seis millones de euros que había consignado para Alvedro en el periodo comprendido entre 2017 y 2020. García-Legaz, que se reunió entonces con el alcalde Xulio Ferreiro y otros miembros del Gobierno local, rechazó las demandas municipales para incrementar la inversión en el aeropuerto coruñés. El Ejecutivo municipal evidenció al entonces presidente de AENA el agravio comparativo para Alvedro en las partidas presupuestarias hasta 2020 respecto de otras terminales gallegas: solo seis millones para Alvedro, frente a los nueve de Peinador y los catorce de Lavacolla.

Uno de los argumentos esgrimidos por García-Legaz para negarse a incrementar la inversión en el aeropuerto coruñés fue la llegada del AVE, que causaría un descenso del tráfico aéreo que cifró en el 25% en el caso de A Coruña.

Si se tiene en cuenta que las partidas presupuestarias de AENA en las que A Coruña lleva en Galicia la peor parte están referidas al cuatrienio de 2017 a 2020, la excusa del anterior Gobierno estaba traída por los pelos. La previsión más reciente sobre la llegada de la alta velocidad ferroviaria sitúa en 2020 el inicio del periodo de pruebas, de forma que la explotación comercial no comenzaría antes de 2021, por lo que no afectaría a la estimación sobre la evolución del aeropuerto coruñés hasta ese año. De modo que la cuestión de fondo sigue siendo la misma: la inversión asignada a Alvedro hasta 2020 es menor de la que le corresponde.

En cualquier caso, todos los análisis constatan que el ADN predominante de los usuarios de la terminal coruñesa está relacionado con el mundo de los negocios y la empresa. Por lo que se le supone un impacto más bajo en la competencia del AVE, que tardará cuatro horas y solo conecta con Madrid, sin afectar al tráfico con importantes capitales españolas como Barcelona, Sevilla o Valencia.

Una vez conocidos a principios de este mes los excelentes datos de tráfico en el aeropuerto coruñés, que alcanzarían a final de año el listón que AENA fijaba para 2021,

el comité de empresa de Alvedro advirtió de que la ampliación de las instalaciones es necesaria ahora mismo, ya que la coincidencia de varios vuelos en determinadas franjas horarias genera problemas en los filtros que deben atravesar los pasajeros para acceder a la zona de embarque. La Cámara de Comercio de A Coruña coincide también con el Concello en que la inversión prevista por AENA en Alvedro los próximos tres años es insuficiente.

El aeropuerto de A Coruña figura a la cola en Galicia en los recursos presupuestarios que aporta el ente dependiente de Fomento, una relegación inversora que no se corresponde con los datos al alza del tráfico de viajeros. Un agravio que resulta aún más sangrante al ser Alvedro el único aeropuerto gallego que no se ha beneficiado de la ampliación o nueva construcción de su terminal de pasajeros.

Esta desigualdad debe ser contemplada por AENA en la versión definitiva del plan director de Alvedro, actualmente en periodo de alegaciones, en la que tienen que corregirse al alza las previsiones de tráfico en los próximos años y estipular unas inversiones acordes con esa realidad. El impulso del aeropuerto coruñés no es una demanda localista. El perfil empresarial predominante entre sus usuarios hace que su necesaria mejora sea una herramienta clave en el desarrollo del motor económico de Galicia.