El pasado 27 de este mes empezó a escenificarse el cambio originado por las recientes elecciones andaluzas. Por primera vez, después de 36 años, el poder autonómico pasó de los socialistas andaluces a manos del PP y de Ciudadanos con el apoyo de Vox. Este hecho político, de gran significación a nivel nacional, puede ser analizado desde diferentes puntos de vista, siendo los que más me interesan los dos siguientes: la posible influencia en el desastre andaluz de la errática política de Pedro Sánchez al frente del Gobierno de la Nación y el de la estrategia mediática que puso rápidamente en marcha el PSOE como respuesta a la pérdida del citado poder autonómico. Veamos ambas cuestiones.

Aunque no me dedico profesionalmente al análisis político, la detenida observación de la realidad me lleva a afirmar que, desde que ha entrado la nueva ejecutiva del PSOE, son muchos los ciudadanos que tienen la impresión que éste partido navega sin brújula por la política española. Lo cual se ha hecho especialmente visible tras el triunfo de la moción de censura que precisó de los votos de los partidos anticonstitucionales para llevar a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno.

En efecto, más por omisión que por acción, el PSOE parece embarcado en la nave errática y rectificadora de Pedro Sánchez que dice, sin inmutarse, una cosa y la contraria, con una diferencia de tiempo ciertamente escasa. Y es que el ideario político de Sánchez -o, por mejor decir su ausencia-, reducido a mantenerse como sea en la Moncloa, recuerda, en efecto, a un navío atrapado en un remolino en el gira sin cesar desprovisto de la capacidad de vislumbrar la salida del laberinto.

En este improvisado torbellino político, tengo para mí que el pueblo español percibió con nitidez las múltiples concesiones que se ve obligado a hacer Pedro Sánchez para conservar el apoyo de los golpistas catalanes. Y claro, a nadie le puede extrañar que el titular de la soberanía nacional, el pueblo español, reaccione contra quien tolere los desvaríos secesionistas.

Por todo lo que antecede, no creo equivocarme demasiado si digo que el pueblo andaluz, tan español como el que más, le ha dado una bofetada a Pedro Sánchez en la cara de Susana Díaz. No digo que ésta no haya tenido ninguna responsabilidad en no haber obtenido la mayoría suficiente para conservar el poder. Lo que afirmo es que Andalucía ha sido el primer territorio en el que el pueblo español le ha mostrado a Sánchez el "entusiasmo" que despierta su política de diálogo/cesión con los independentistas catalanes.

Si las cosas han sido, al menos en parte, como se acaban de describir, sorprende que en el PSOE se haya optado por la política del disimulo: desviar la atención hacía otro punto, en lugar de hacer autocrítica poniendo sobre la mesa la innegable influencia de la política general de Pedro Sánchez.

En efecto, más que analizar sus insuficientes resultados electorales y reconocer el nefasto "efecto Sánchez", el PSOE salió en tromba a mostrar su preocupación por el éxito de Vox, partido al que calificó de inmediato, como de extrema derecha. Y sigue con esta táctica como lo demuestra que, tras el pacto alcanzado por el PP, Ciudadanos y Vox para constituir la Mesa del Parlamento andaluz, secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Rafael Simancas declaró: "Esto sí que es una traición a España", al tiempo que recriminaba al PP y C's que hubieran llegado a un acuerdo con Vox a los que calificó como los "herederos del franquismo".

Es el propio Vox el que debe responder a esas acusaciones. Pero desde mi posición de simple ciudadano del montón me surgen las siguientes preguntas: ¿puede alguien aportar alguna prueba de que Vox asesinó a ciudadanos para lograr la independencia de una parte de España; o de que ha intentado un golpe de Estado contra de la Constitución y las leyes, declarando unilateralmente la secesión de una parte de España? ¿Y no es cierto que el partido socialista para que Sánchez accediera al poder se apoyó en partidos en los que hay numerosas pruebas de que aplaudieron que se asesinara para lograr la independencia del País Vasco (Bildu), y de que han dado un golpe contra nuestro Estado de Derecho (PDeCAT y ERC)? ¿Apoyarse en Vox es una traición a España y, en cambio, hacerlo en esos partidos antiespañoles y anticonstitucionales no? Respóndanse ustedes mismos.