Con perspectivas electorales, a lomos de la hiperestesia informática, el discurso político ha adquirido una incandescencia no deseable, donde las frivolidades se suceden cuando los políticos perciben los focos y pasan a ser actores. A la verborrea, en periodos electorales, le suele faltar el ingrediente principal: la verdad. En estos tiempos la imagen es todo en perjuicio de lo más trascendente, ser veraz más que original. A veces es tan poca la claridad que uno llega a pensar que algunos no saben lo que dicen, pero sospecha lo que quieren. El espectáculo se ha traladado al Parlamento donde atizan el fuego de la polémica, pero no ven su propia representación. Fraga utilizaba la táctica del enciclopedismo. En cierta ocasión, se acompañó de 1.300 folios, saturados de cifras, como el mejor somnífero para aletargar al inquiridor más despierto. Azorín, que de cronista parlamentario llegó a diputado, jamás intervino en las Cortes; tenía miedo que le arrojaran a la cara alguna frase "paralizante", única arma "intelectual" de determinados políticos. En Galicia, vivimos la epifanía del próximo Año Santo en el capítulo de infraestructuras locales. Se concluyó el enlace de la AP-9 con la Ciudad de la Cultura, se pretende mejorar el "orbital" y el orbitaliño para facilitar los accesos a la ciudad compostelana y se invertirán 15,6 millones de euros en conservar la ruta xacobea regional, que comprende 1.250 km y 121 municipios. A la vez, registramos la nueva A-54 Lugo-Santiago, desde Palas y Guitiriz es prácticamente la misma, por lo cual, de hacerla por este último punto se ahorraría 45 kilómetros de autoestrada. Maliciosamente, recordamos algo parecido al trazado del AVE por la Meseta y recordamos que Palas de Rey es tierra de famosos; Diego López, exportero del Real Madrid, hoy del Español y don José Blanco, extitular de Fomento.

Otrosí digo

El Plan Director para el Corredor Atlántico ha pasado a estudio. Según la conselleira de la Xunta necesita algunos matices. Somos escépticos tras lo sucedido con el Plan Hidrológico Nacional y el Plan Galicia. Del primero, quedaron solamente unas desaladoras en tierras levantinas; del Plan Galicia, poco o nada, después de ser descuartizado. Las promesas en periodos electorales son una incógnita.