En el panorama político vernáculo, solo se distinguen los colores primarios de las más aventuradas iniciativas o sugerencias, como si se hubiese perdido el 'oremus'. Estamos en la era del ego pueblerino, en lo 'enxebre'; en la que las nuevas marcas políticas emergentes han llegado a los estertores de la legislatura con las alforjas cargadas de intereses personales. Es la lucha por el poder, el complejo de 'prima donna', sin haber esbozado un trazo político social mejorable. Estamos en el país de las ocurrencias. Desde aquel conselleiro socialista Méndez Romeu, que pretendió establecer estatutariamente "una nacionalidad histórica", idea rechazada por el entonces presidente Touriño; o el exministro José Blanco, que consideraba casposo al clero y tenía avidez por conocer la fortuna de los Franco; o Jorquera, ahora candidato del BNG a la Alcaldía coruñesa, que se escaqueó a la hora de votar la concesión anual de una dotación para la Real Academia Gallega, etc. La remoción que se avecina se basa en la segunda juventud: vuelve Sánchez Bugallo, exalcalde Santiago, con su 'proyecto estrella': el teleférico a la Ciudad de la Cultura, mausoleo cuyo destino final aún no ha sido definido por los expertos. Como decía el clásico "los expertos son capaces de resolver problemas cuya solución ya es conocida". Y vuelve Pachi Vázquez, con un partido a medida, de vino peleón. En La Coruña, las sugerencias más vistosas son para el próximo periodo político. El ascensor desde la avenida de la Concordia, sin tramitar ante la Xunta y Fomento, o la Estrategia Verde, cuyas directrices, según los munícipes, coinciden con el Plan Busquets, plan integral que en torno a la fachada marítima proyectada alcanza 400.000 metros cuadrados de cara al litoral, que data de hace 20 años. Entre tanto, afanados en la construcción del corredor ciclista, los parques y jardines necesitan un repaso urgente y vías tan importantes como los Cantones claman por un simple riego asfáltico. Estamos perdiendo el 'oremus' y advertimos falta de capacidad para abordar la realidad con energía personal e imaginación.

Otrosí digo

El que no ha perdido el 'oremus' ha sido Amancio Ortega que, con motivo de las fiestas del Carnaval, obsequió a su personal con una bien surtida laconada, bebida y las tradicionales orejas. Todo al precio de 0,15 céntimos simbólicos por cabeza. ¡Buen provecho!