Era impensable hace años, pero se contabilizan ya tratamientos que vencen al Sida. Hace pocas semanas ocurrió con trasplantes de médula. Y todo fruto de la investigación que no cesa, y que no debe dejarse aunque cueste millones. Igual que con el cáncer. Doy un giro, sin embargo, para glosar casos conocidos, pero no suficientemente valorados. Quizás alguien me aporte el nombre del benemérito sacerdote que en Alquézar (Huesca), a base experimentos e injertos, logró que la flor de algunos almendros se abriese hacia abajo, evitando así que en los fríos tardíos -como es posible que ahora ocurra tras la inusual primavera del pasado febrero- helasen la gotas del rocío en la flor del almendro; si la flor quedaba hacia abajo, el rocío caía y no quemaba la flor aunque bajase mucho la temperatura. Ahora me llega la noticia de un agricultor de Burkina Faso (Sahel, África) reconocido como el "hombre que frena al desierto" que con un sistema de pequeños pocillos en los que deposita residuos agrícolas o estiércol y los cubre con una fina capa de tierra lograr acumular humedad suficiente para que crezcan semillas de sorgo o mijo, e incluso frutales, y lo que iba a ser un terreno baldío, semidesértico, se convierte el tierra fértil. Ojalá haya más experiencias así.