Las candidatas a la Alcaldía de La Coruña Inés Rey y Beatriz Mato han anunciado el deseo de recuperar el "coruñesismo", que puso en vanguardia a la ciudad, y rescatar las tradiciones patronales y cívicas, fuentes de cultura, que nunca debieron haber sido puestas en vulgar almoneda. El "coruñesismo" no es un alcaloide, ni una improvisación caprichosa. El sufijo añadido al gentilicio expresa cualidad, adhesión, disposición, hidalguía, civismo. Ha sido objeto de tesis universitarias, pero nosotros nos remitimos al ensayo de García-Sabell que afirma que: "Se distingue por su compromiso con la libertad, ayuda y comprensión hacia el vecino y el no vecino, y constituye el alma y ser de la ciudad". El "coruñesismo" emerge el 14 de marzo de 1893, ante el traslado a León de la Capitanía General, asentada en La Coruña desde 1480; rescatada, tres años después, por la Junta de Defensa, presidida por el alcalde Soto e integrada, entre otras personalidades, por Linares Rivas, el Médico Rodríguez, Martínez Fontenla, Fernández Latorre y la sociedad del Circo de Artesanos. A partir de entonces, La Coruña se erige, a través de la Liga de Amigos (en cuya fundación participaron Emilia Pardo Bazán, Pondal, Brocos, Fernández Flórez y Lugrís) no solo en el foco industrial sino en la guía del renacer cultural y espiritual de Galicia, cuyo servicio y amplitud de miras regionales son la esencia del "coruñesismo". Un coruñés (Barrié de la Maza) dotó a Vigo de los primeros tranvías regionales, creó el complejo turístico de La Toja y llevó sus alforjas de dinero a la ciudad olívica, por si eran necesarias para salvar su crisis bancaria; La Caja de Ahorros Monte de Piedad de La Coruña cedió los terrenos para la Ciudad de la Cultura y fue nuestra ciudad la que en el siglo pasado donó 500.000 pesetas para la restauración del Pórtico de la Gloria. Recordamos estos hechos históricos, evocando unos versos de Quevedo: "Que por callar, a nadie pueden procesar", cuando se dirigía a parlanchines desinformados.

En las XIV Jornadas sobre la vida del venerable Baltasar Pardal Vidal, intervendrá en la Cátedra que alberga el Instituto de la Natividad de María (Grande Obra de Atocha), esta tarde el doctor en Teología Moral sobre el tema Don Baltasar: pasión por comunicar. Los coruñeses seguimos esperanzados que el "trasunto" para la canonización del ilustre sacerdote y su causa adquieran mayor tensión en las esferas vaticanas. Hay que vencer la lenta burocracia de la Iglesia para que se ratifique y premie la vida de un hombre virtuoso, ejemplar y generoso, tanto en la ayuda al necesitado, como a la hora de sembrar la verdad. Don Baltasar, cuya tarea evangélica extendió a la América hispana, era un arquetipo de Cultura; consideraba a la religión como el hábito de fortalecer el alma hacia las paces del destino.