Un material que está muy presente en nuestro día a día, uno del que casi dependemos en este momento y que gracias a él nuestras vidas son como son, es el plástico.

Nos sirve para todo: envases, aislantes eléctricos, juguetes... Pero lo tenemos tan presente que casi no percibimos el daño que por otro lado genera. Puede que algunos de nosotros no tiremos plásticos en el suelo o en el mar, pero qué pasa con la tremenda cantidad de ellos que sí se tiran en el día a día. Pues es sencillo, cuando cometes este pequeño fallo tú piensas que no pasará nada, que por uno no se muere nadie, pero como respuesta, yo te diría: "Error".

La realidad es que es un acto cotidiano, y que si nos informamos bien nos daremos cuenta de que lo único que hacemos es dañar a nuestro propio mundo. Es cierto que es un material reciclable, pero tampoco es que esto se cumpla siempre. Un porcentaje mínimo de los plásticos que desechamos sí se recicla, pero ¿qué ocurre con el otro?

Es seguro que al haberlos tirado al mar, estén en el estómago de algún animal; si los depositaste en el bosque, es muy probable que vayan a permanecer en el suelo más de mil años; pero solo si decidiste tirarlos al contenedor de los plásticos, es posible que se reciclen.

Y como dijo Martin Luther King: "Lo que afecta a uno, afecta a todos".