Los malabares en las cuentas municipales, su protagonismo, perfilan de nuevo el horizonte judicial ante la falta de entendimiento entre el Gobierno local y la oposición. La falta de rigor de la contabilidad "creativa" es una de las indisciplinas en las que suelen incidir los gobernantes. Hay numerosos antecedentes históricos; el Ágora, el Centro Cívico del Castrillón, el Parque de Oza, los bolardos de la Ciudad Vieja, etc. Más recientes, se han registrado adjudicaciones directas, olvido de deudas millonarias, amiguismo y el abandono de códigos de conducta, en esa confusión entre el servicio público y el servicial, tal vez más discrecional y que concita otros dividendos. Se consagra, a su vez, la anomalía a la hora de la discrecionalidad de distinguir entre la sociología y la ideología y se repite la actuación de políticos estupefactos. Lo sucedido en las primarias ha sido un fiasco cuando los líderes „regionales y nacionales„ han utilizado la escardilla para colocar, más allá de lo razonable, a sus cuneros. En Galicia, el PSdeG hizo más visible la fragilidad de su líder gallego y, en el morador de la Moncloa, abusó en demasía de los resortes del Estado. La simpática vicepresidenta del Gobierno, doña Carmen Calvo, empeñada en la discriminación positiva que reconoce más méritos que a la formación intelectual de la individualidad. Ciudadanos sigue en la ingravidez de su líder. Critica sin piedad al gobierno de Susana Díaz, recientemente en la oposición, donde ocupó la vicepresidencia, que ahora trasladó (la misma persona) a igual cargo en el tripartito andaluz. Podemos ha hecho implosión en Galicia y ha dejado las Mareas a su bola, en tanto el BNG, abierto el derecho de admisión, lucha con el emérito Beiras, que se resiste a la jubilación. En el PP municipal, Rosa Gallego, por imperativo de la ley, no duda en casos llamativos en acudir a los tribunales, a la espera de la llegada de Beatriz Mato, cada vez más activa. Nuestra ciudad sigue en su tristeza cívica. Falta coherencia política, se gobierna sin afirmarse en la historia de La Coruña, donde debe regir la Naturaleza que debiera ser la que dicte nuestros proyectos.

En la restauración de la plaza de San Pablo, se han colocado unos carteles, en sus zonas verdes, en las que en idioma vernáculo se solicita el respeto público, cuando debieran haberse confeccionado en bilingüe y explicar la identificación de la flora que circundan. Tal vez sea una forma original para atraer a los turistas.