Estaba loca o fue víctima del entorno machista?. A propósito de la revisión de la cartela de Doña Juana la Loca, de Francisco Pradilla, en El Prado: el revisionismo histórico ofrece tanto peligro como la historia misma, al menos. De acuerdo, no estaba loca, era solo "locura de amor", un rapto circunstancial (aunque puede ser muy duradero), una pérdida de cordura por exceso de corazón, un desajuste con la llamada realidad, fruto de la pasión. Pero, por favor, dejémoslo ahí, no anulemos también la posibilidad de esa locura, no achiquemos el estanque de la pasión amorosa, uno de los pocos inventos del humanismo para sacarnos de la tediosa normalidad. Digamos, simplemente, que la pasión dislocadora de marras responde a un libreto que forma parte de la condición humana, sin distinción de sexos. Y que el portentoso cuadro de Pradilla en El Prado lo cuenta todo, sin necesidad de cartela.