El número de viajes en autobús urbano en la ciudad de A Coruña se incrementó en el primer trimestre del año a 5.588.988. Esta cifra supone, con respecto a la registrada el año pasado, una subida del 5,79% e incluye dos meses, febrero y marzo, en los que el precio del autobús bajó en 10 céntimos en el billete general.

El dato más relevante es el relativo a los menores de 13 años en el pasado mes, cuyo número de viajes aumentó casi un 50% con 10.000 trayectos más, que suman un total de 30.322 usos por parte de niños o adolescentes en marzo.

El Gobierno local, con la oposición de la Compañía de Tranvías, decidió a finales del año pasado bajar en10 céntimos el billete del autobús, tanto la tarifa general como el bonobús y ofrecer gratis el viaje a menores de 13 años. La medida llegó tras 32 años de subidas y los cuatro últimos con las tarifas congeladas.

La concesionaria del servicio de transporte público municipal en A Coruña pone sin embargo peros a estos datos. La Compañía de Tranvías alega que el crecimiento solo llega al 2,66% porque considera fundamental para contabilizar el total de viajes tener en cuenta las festividades o vacaciones escolares.

Así, según su particular apreciación, el dato trimestral de 2019 no es comparable al de 2018, cuando la Semana Santa cayó en marzo, ya que Tranvías estima que el número de viajeros es significativamente inferior en fechas de vacaciones. La concesionaria también considera que la buena climatología registrada en marzo influye en el cómputo de viajeros, al entender que la ausencia de lluvia facilita un mayor movimiento urbano y, por tanto, un mayor número de viajes.

En cualquier caso, la estadística de este primer trimestre de 2019 es la de mayor número de viajes urbanos en A Coruña desde 2015, con años en los que las celebraciones de festivos como Carnaval y Semana Santa se localizaron en meses distintos.

En 2017 se alcanzó la segunda cifra más alta, con 5,4 millones de viajes, cuando el Entroido se celebró en febrero y la Semana Santa en abril. Idéntica situación se vivió en la ciudad en 2015, pero los trayectos registrados en autobús fueron solamente de 5,1 millones. Los dos años restantes, 2016 y 2018, que se mantuvieron en alrededor de 5,2 millones de viajes cada uno, Carnaval y Semana Santa coincidieron en marzo.

El incremento de viajes de este primer trimestre del año no fue homogéneo. Mientras en enero, con respecto a este mismo mes de 2018, la subida fue del 3%, con 54.423 trayectos más, en febrero, primer período de rebajas en las tarifas del bus, el incremento llegó a casi el 9%, con una ganancia de 149.531 pasajeros. En marzo, continúa la tendencia al alza, con un aumento de casi el 6%% y 100.000 viajes más.

La medida de bajar el precio del autobús tuvo su origen en un informe solicitado por el Gobierno local a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en el contexto de un litigio entre el Concello y Tranvías por la duración de la concesión del servicio, que en María Pita estiman que se extinguió en noviembre de 2018, mientras que la empresa mantiene que está en vigor hasta 2024, una diferencia de criterio que se encuentra actualmente en los tribunales.

El informe de la CNMC concluía que el convenio con Tranvías debe revisarse al no estar ajustado a la actual normativa europea y constataba también que existía un exceso de beneficio para la concesionaria, amparado en un contrato que cubre sus pérdidas y solo calcula sus tarifas al alza, produciendo una sobrecompensación en el resultado del ejercicio.

Al margen de las discrepancias entre el Concello y Tranvías sobre la duración de la concesión, que resolverán los tribunales, no puede obviarse que el informe de Competencia pone el dedo en la llaga en una cuestión clave, al señalar que una de las condiciones de ese contrato que contraviene la legalidad comunitaria es que nunca se puedan rebajar los precios del billete, sean cual fueren los beneficios.

La entrada en vigor de la reducción del precio del bus pasó también por los juzgados, al recurrirla Tranvías, pero el juez permitió finalmente que se aplicara desde el 1 de febrero, a la espera de la resolución definitiva del litigio.

La movilidad es uno de los pilares básicos de la calidad de vida en la ciudad, con repercusiones tanto en la eficacia del transporte como en su coste para los coruñeses. Y todas las estadísticas apuntan con claridad a que su mejora, en una ciudad con deficientes estructuras de transporte con un poblado entorno metropolitano y con un tráfico complicado por la condición de península de la urbe, está vinculada a la eficiencia del transporte público.

La bajada del precio del billete es un importante paso en esa dirección. Pero quedan todavía otros pendientes de gran calado. La red del bus urbano coruñés no ha conocido un rediseño integral desde hace treinta años, salvo algunos cambios parciales. Se encuentra obsoleta y precisa una revisión global para adecuarse a las necesidades de una ciudad cambiante. El nuevo mapa de rutas del bus urbano es una necesidad perentoria que no acaba de ver la luz, al igual que la reimplantación del carril bus, otra herramienta clave para la potenciación del transporte público en la ciudad.