El Congreso de los Diputados deberá llegar a un acuerdo para regular una ley de eutanasia, y por lo tanto se acepte un testamento vital.

Hay personas como María José Carrasco, que aunque estaba totalmente paralizada, de cerebro estaba bien y pedía ayuda a su marido, Ángel Hernández, que demostró que le amaba. Solo hizo lo que ella le pedía, a pesar de haber grabado todo el proceso lo quieren culpar de violencia de género.

Es hora de tener una ley de eutanasia y todas las personas que lo deseen puedan dejar por escrito, en un testamento vital, que llegado el momento después de agotar los cuidados paliativos sean la Justicia y los médicos quienes actúen.

Esta ley no obligará a nadie pero dará libertad a aquellas personas que no quieran prolongar ese calvario.