Nuestro país ha aguantado la embestida de la extrema derecha y ha penalizado a aquellos que, entre otras cosas, decían que pactarían con ellos.

Hemos recuperado aquello que yo tanto añoraba: la osadía de decir no, ya está bien. Con nuestro voto una mayoría de españoles les hemos dicho a algunos políticos que se equivocaron en sus planteamientos, que no nos gustó lo que hacían y decían, que no nos tragamos sus mentiras y, sobre todo, que no nos gusta que nos ninguneen. Quizás, como dicen los expertos, estemos ante una situación difícil, tal como parece que predicen los acontecimientos. Pero lo que es indudable es que el domingo los españoles hemos avanzado y hemos apostado por un futuro mejor.

Sánchez debe, mediante pactos y propuestas diferentes a las utilizadas hasta ahora, ahondar en la reconstrucción del estado del bienestar y en la recuperación de la justicia social (la igualdad social, la igualdad de oportunidades, el Estado de bienestar, el tema de la pobreza, la distribución de la renta y los derechos laborales y sindicales).

Por otra parte, los partidos a la izquierda deberían calibrar su fuerza para sumar, en el sentido de que la socialdemocracia todavía es una opción política válida y relevante.

Con esas dos premisas es posible reeditar momentos ya olvidados. Nosotros hemos votado y ahora tenemos que hacerles saber que los hemos elegido para que esto que se llamaba estado del bienestar regrese y perdure.

Creo que, como dicen los politólogos, la irrupción de Vox ha arrastrado a los liberales y a los conservadores hacia la derecha, por ello es necesario que se creen alianzas fuertes que perduren y resistan las embestidas que estoy seguro llegarán a través de parte de los poderes económicos gestionados por estos.

Por ello creo que la manera de implementar el significado de los resultados electorales del día 28-A debería centrase especialmente en políticas reformistas ligadas a la participación ciudadana, a la protección del medio ambiente, a la integración de minorías sociales, y abordar los valores sociales desde un prisma progresista.