Desde hace unos años, se escucha la propuesta de introducir en las aulas la enseñanza en materia financiera desde una edad temprana, dotando a los alumnos de conocimientos básicos que contribuyan a llevar una mejor gestión y planificación de la economía personal. Siendo una enseñanza adecuada para moverse por el mundo real, tampoco conviene olvidar lo necesario que es educar en honradez y empatía para impedir la normalización del engaño y desplume del cliente, así como que los poderes públicos establezcan regulaciones en pro de las buenas prácticas y el equilibrio entre las partes.

Ahora bien, además de la disminución del analfabetismo financiero, debería fijarse el objetivo de mejorar la capacidad económica de la mayor parte de la juventud, pues de poco sirve la teoría si las limitaciones materiales impiden su puesta en práctica (la edad de emancipación de los jóvenes españoles se encuentra por encima de la media Europa).