Sin duda, algo estamos haciendo mal, incluso muy mal, los unos y los otros. Pero el cambio habrá que hacerlo desde dentro, nunca al revés.

Los riesgos del sexo en la era del WhatsApp son un hecho y lo sabemos muy bien. Pero todos amamos los caminos sinuosos, los viajes alocados en carreras peligrosas.

Explorar esas parcelas incógnitas como una forma fascinante de salir de la cotidianidad, de ver la vida incluso.

¿Y qué mejor que celebrarlo con un vídeo alocado? Que nadie lo festeje sino como un juego inocente que dejará de serlo por una simple estupidez.

Un golpe bajo.

"Tu libertad acaba donde empieza la cerca de mi jardín", dice un proverbio. Pero siempre encontramos al desalmado que lo desdice poniendo en tela de juicio esa inocente aseveración... Tal para cual.

El que camina ciego a esta realidad siempre acabará estrellado: la curva de la que no quiso „o no supo„ protegerse, en realidad siempre estuvo esperándole.

Es en definitiva el efecto boomerang, que nos indica en cada momento lo acertado o no de una acción. Y aunque duela admitirlo, "todo lo que llegue a ti es lo que antes ha salido de ti".

Causa/efecto.