El Viernes Santo de 1998, hace 21 años y un poco más, se firmó el Acuerdo de Belfast. Los Gobiernos irlandés y británico, con el apoyo de republicanos y unionistas, ponían fin a decenios de lucha sin cuartel durante los que fueron asesinados 3.200 personas. Las fuerzas políticas se sentaron a negociar y los ciudadanos refrendaron, tanto en el Úlster como en la República de Irlanda, los acuerdos adoptados en el mes de abril. Diez años más tarde, en 2008, el IRA había desmantelado por completo su otrora poderosa fuerza militar. El camino no había sido fácil. Unionistas y Republicanos no siempre estaban de acuerdo en materia de autonomía y traspaso de competencias, pero parecía claro que nadie quería regresar al pasado.

Sin embargo ahora nos damos cuenta de lo precaria que es todavía la paz. El pasado Viernes Santo la violencia regresaba a las calles de Derry, hasta el punto de que una periodista comprometida con la paz en el Úlster fuera asesinada durante un ataque, reivindicado por un grupo denominado "Nuevo IRA", contra la policía. ¿No estará el Brexit detrás de este hecho?