España necesita fomentar una cultura de mecenazgo y responsabilidad social que permita una mayor coordinación entre la sociedad civil y el Estado, que aporte seguridad y transparencia relativa a las donaciones. Pero en el caso que nos ocupa, el de Amancio Ortega y Inditex, estamos ante prejuicios ideológicos e irracionales, y ante acusaciones sin fundamento contra un empresario que merecen algo más que un amplio rechazo social.