Alabé y mostré mi apoyo en un reciente artículo al tren privado que enlazara la Coruña con Oporto con un considerable ahorro de dinero y sobre todo de tiempo. Pero ocurre a veces con las grandes obras públicas que se anuncian a bombo y platillo y se celebra la puesta de la primera piedra, que luego caen en el más silencioso letargo, en una especie de si te vi ya no me acuerdo. Esperemos que eso no vaya a suceder con el proyectado tren privado, pues hubo noticias contradictorias. Primero fue el anuncio de que la empresa alemana Deutsche Bahn, propietaria de Arriva que figuraba como promotora del proyectado tren, quería vender conocida compañía de autobuses, información que inicialmente preocupó, pero fuente bien informadas aseguran que no peligra el tren, porque la firma matriz alemana sigue adelante con el planeado transporte ferroviario, y solo quiere desprenderse de Arriva, del servicio de autobuses de esa firma. Y luego nos llegó la noticia de la inminente electrificación, con fondos de la Unión Europea, de los kilómetros de vía férrea que faltaban entre Guillarei y Tui a fin de que todo el recorrido esté en condiciones. Bien. Aún así estamos inseguros, con un pálpito sobre el feliz final de esta historia.