Lo del pacto de las derechas, las derechonas y las ultraderechas parece muy simple sobre el papel, pero luego hay que aprobar unos presupuestos, formar unos equipos, impulsar unas políticas, y ahí llegan los problemas. Algo hay que darles a los mastuerzos a cambio de su voto para que no se tiren al monte, como es su impulso natural, y revienten la legislatura cada dos meses. El presidente de Andalucía Juan Manuel Moreno Bonilla ha sacrificado lo más insignificante, lo que considera prescindible, la causa de las mujeres, para que no le estorben los socios. Para salvar sus primeras cuentas autonómicas se ha inventado el concepto "violencia intrafamiliar", contrapuesto al ya consolidado de violencia machista. No es una baladí cuestión de semántica, pues las palabras conforman la realidad. Se trata más bien de tapar la raíz del problema, que no es el vínculo que une a agredidas y agresores, sino su causa, el machismo, y de invisibilizar que la práctica totalidad de las víctimas son femeninas. Se intenta minimizar la mayor lacra social de España, que estos días cumple mil muertas a manos de sus parejas y exparejas (cifra desde que existen registros), por la vía de mezclarla con otros asuntos casi anecdóticos si se comparan estadísticas. Se busca que volvamos a considerar los feminicidios como una suma de problemas familiares, accidentes en el hogar y asuntos personales, y no como la peor manifestación de un sistema injusto basado en la discriminación, el patriarcado. No considero a Moreno Bonilla una persona especialmente brillante o preparada para su cargo, pero en su condición de ex secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad entre 2011 y 2014, con Ana Mato como jefa, debe saber que su "violencia intrafamiliar" es una idea del top manta, que nadie fuera de su cortijo le va a comprar. Los múltiples convenios europeos e internacionales firmados por el Estado español sobre este tema incluyen el concepto de violencia contra las mujeres, violencia de género o incluso violencia doméstica. Lo demás jurídicamente no existe. Qué atraso.

Mas no vayamos a pensar que lo que no existe no les va a costar dinero a los andaluces. El argumento retrógrado de la "violencia intrafamiliar", un triunfo del pensamiento cavernícola contra el feminismo que se anota la ultraderecha, cuenta con una partida presupuestaria, y acciones administrativas concretas como la creación de un teléfono gratuito para atender a las personas que la puedan estar sufriendo. Por supuesto, han dicho sus impulsores, que las mujeres pueden recurrir a él. ¿Alguna mujer en peligro se atrevería a llamar a ese número, y a poner su destino en manos de quienes no la creen antes de empezar a hablar?

El viernes pasado, un hombre mató a su pareja en Córdoba y luego se quitó la vida. Se da la circunstancia de que él estaba en libertad condicional por una condena anterior, pues había asesinado a su mujer, madre de sus tres hijos. Quince días antes, una mujer de 51 años fue ejecutada por su marido, que le disparó con una escopeta antes de suicidarse, en su casa del municipio cordobés de Iznájar. Hace una semana, la policía encontró los cadáveres de una pareja en Ayamonte (Huelva), tras acudir a la vivienda alertada por los vecinos. Amigos de la mujer, madre de un niño de cuatro años, relataron que tenía las maletas hechas para abandonar a su verdugo. No lo consiguió.