Con demasiada frecuencia a las crisis del bienestar se les suelen atribuir solo a causas económicas; no se considera la posible relación con las crisis de valores, que conllevan tolerancia social con diferentes antivalores o vicios. Por ejemplo, la corrupción política, el consumismo de alcohol y la pereza crónica.

¿Cuál es el coste de la tolerancia social con la pereza en el trabajo? Pensemos en las tareas aplazadas o mal acabadas, en el descuido de los detalles, en la sucesión de "puentes" que unen unas fiestas con otras, en la utilización innecesaria del teléfono móvil, en la impuntualidad, en las bajas laborales sin motivo suficiente, etc.

Recuerdo una viñeta de Forges que retrataba magistralmente esa situación: un grupo de profesionales veteranos se dirigen eufóricos a la puerta de salida de la oficina, despidiéndose de un joven que sigue en su mesa de trabajo sobre la que hay una montaña de carpetas, con estas palabras: "Nos vamos de puente, becario. Luego no digas que no te damos responsabilidades".