¿Por qué llenamos las farolas con banderolas de caras que no conocemos y no nos interesan nada y no lo hacemos con la foto de un salvadoreño y su hijo de 2 años que han muerto ahogados al intentar cruzar el río Bravo hacia EEUU, o con los niños en jaulas tratados peor que animales para que nos caiga la cara de vergüenza? Soy una privilegiada porque no he tenido que emigrar para tener un futuro mejor, no sé si mi hijo tendrá la misma suerte, al mismo tiempo no puedo expresar lo que siento cuando en este país la mayoría de los medios de comunicación, están las 24 horas hablando de la boda de una señora que tuvo un hijo con un torero y no perdemos un minuto en reflexionar y actuar cuando leemos esta noticia terrorífica, tremenda, atroz, terrible, inhumana .

Ese hombre, ese niño, no interesan ni a los políticos de izquierdas ni de derechas, ni a ningún tipo de organización religiosa, ni a ningún medio de comunicación, (para éstos es mucho más importante si el vestido es así; si el cerdo está cubierto de una bandera, si la reina hizo una operación más, si, si, si...) y si fuera nuestra pareja y nuestro hijo, o el hijo de la del vestido, o un cura y un monaguillo, o el de la reina y una de sus hijas?

Que asco me da todo y lo peor es que no puedo hacer nada, sólo llorar de impotencia. Algún día todo esto nos pasará factura y que factura. No aprendemos. Nos estamos convirtiendo en monstruos, impasibles ante el dolor ajeno, que pena siento ahora mismo por mi condición de persona.

Estos muertos no son a la carta, están en el menú, un menú muy barato. Su vida no tiene ningún valor para nosotros, Ese padre protegiendo a su hijo para que no muriera solo. Estremecedor, sumarísimo, espeluznante, injusto, inhumano.