Hace unos días me comentaban el caso de un dato que es espeluznante para los tiempos que corren. Me decían que hasta 14.000 millones de euros se otorgan cada año en subvenciones que luego no se vigilan de forma correcta. Aunque el proceso de la concesión se hace conforme a derecho, luego no se exige la rendición de cuentas ni se aplican, si así fuera pertinente, las correspondientes sanciones. Parece que urge poner orden en esta área de la Administración en la que el caos campa a sus anchas mientras en otras como la tributaria la presión al contribuyente es implacable. Claro que primero habremos de tener Gobierno.