El exlehendakari Juan José Ibarrexte ha sostenido hace poco que hace 2.000 años no existían los Estados-nación como Francia o España pero sí que existían el pueblo vasco y el pueblo catalán. Si Ibarretxe hubiese aludido a algo tan obvio con un afán de clarificación sociológica o histórica, nada habría que añadir a lo que cae por su propio peso. Pero como su propósito era político y, dentro de tal etiqueta, de reivindicación nacionalista „estaba presentando a Roger Torrent en un acto organizado por la plataforma independentista Gure Esku Dago en la ciudad que se tiene por capital de Euskadi, Vitoria„ sí que cabe hacer algunas precisiones.

La primera, que Ibarretxe podría haber ido más lejos. El mayor estudioso de las conexiones que se dan entre genes y lenguas, Luigi Cavalli-Sforza, publicó en 1988 en la revista de San Sebastián Munibe, dedicada a la Antropología y la Arqueología, un trabajo que indicaba que los vascos, como pueblo, cuentan no solo con una lengua peculiar sino también con particularidades genéticas que los hace únicos en Europa.

Podrían ser los descendientes directos de los cromañones, los primeros Homo sapiens que entraron en nuestro continente. Pero una segunda consideración lleva a sostener que, si nos remontamos más lejos, resulta que los ancestros de los vascos, los catalanes, los aragoneses, los gallegos y, ya que estamos, los suecos y los noruegos, eran africanos. Verdad es que, al salir del continente de origen, esos ancestros se cruzaron varias veces con los neandertales y obtuvieron así una huella genética especial que une a europeos, asiáticos, polinesios y americanos. Pero si cabe hacer dos grupos de humanos, el de los indígenas africanos y el del resto, ¿a qué viene la particularidad vasca?

A que en 1988 todas las demás poblaciones no africanas se habían mezclado de forma notable salvo la de los digamos "auténticos vascos". ¿Cuántos son éstos? Mejor aún, ¿cuántos eran en 1988 y cuántos son hoy? Si se define el pueblo vasco como la población que vive y convive en Euskadi, la fracción de quienes disponen de la particularidad genética detectada por Cavalli-Sforza y, como característica asociada, cuentan con el euskera como lengua materna, es muy minoritaria. Ese "pueblo vasco" al que se refiere Ibarretxe, si es el titular de los derechos forales traducidos a la España de las autonomías actual, está tan mezclado como cualquier otro pueblo de Europa. En caso de que hable euskera es porque le obligan a la fuerza a hacerlo. En el caserío más remoto de Euskadi existe la misma diversidad genética que en Barcelona, Madrid, París y Londres.

Con un añadido final. Lo dicho respecto de las particularidades de ese un tanto mítico "pueblo vasco" no se aplica al "pueblo catalán". Este último, ni posee rasgos genéticos que lo distingan del resto de Europa ni habla una lengua catalana que tenga algo especial. Procede, como se sabe, del latín. Igual que el francés o el castellano.