La iniciativa lanzada por la fundación suiza sin ánimo de lucro Pacifique para cartografiar el impacto humano sobre los mares y océanos del planeta está ya próxima a terminar su periplo en Sevilla, el mismo lugar de donde partió hace cuatro años y medio.

Equipos de jóvenes han venido turnándose durante todo ese tiempo a bordo del buque Fleur de Passion, un velero de la Armada alemana construido en 1941 y utilizado en su día para la defensa costera y el abastecimiento de submarinos y que, tras finalizar la SGM, pasó a manos francesas en concepto de reparaciones de guerra.

Comprado posteriormente por particulares, el barco, convenientemente desarmado, fue restaurado en 2002 por la fundación Pacifique y ha venido utilizándose desde entonces como plataforma flotante de acogida de proyectos científicos, culturales y educativos.

Destaca entre ellos esta nueva circunvalación del globo en la estela de la emprendida hace cinco siglos por el marino portugués al servicio del rey de España Fernando de Magallanes y que, tras la muerte de éste en el transcurso de una batalla con una tribu filipina, tuvo que acabar el vasco Juan Sebastián Elcano.

Los equipos a bordo del velero han llevado a cabo durante los más de cuatro años de ese viaje alrededor del mundo y en colaboración con universidades de varios países, entre ellas la Politécnica de Barcelona, la de Ginebra (Suiza) o la australiana de Queensland, diversos experimentos científicos.

Éstos contribuirán sin duda al mejor conocimiento del impacto de la acción humana en los océanos y servirán también para concienciar al gran público sobre los retos que se nos plantean con cada vez mayor urgencia en un mundo de recursos limitados, pero en el que muchos siguen actuando como si no lo fueran.

Así ha podido evaluarse la proporción de microplásticos y mesoplásticos, es decir las basuras marinas, en las muestras de agua recogidas en distintos momentos de la navegación, al tiempo que se ha cartografiado la contaminación sonora de los océanos por culpa de los transportes marítimos, los sonares o las prospecciones de gas y petróleo.

Se ha estudiado asimismo el blanqueo del Gran Arrecife de coral australiano, una de las maravillas naturales del mundo, por culpa del calentamiento de las aguas oceánicas, uno de los efectos más fácilmente comprobables del calentamiento global, fenómeno que algunos todavía se empeñan, contra toda evidencia, en reconocer.

También han podido medirse los gases del llamado efecto invernadero, metano y dióxido de carbono, en la superficie marina, lo que permitirá comprender mejor el papel de los océanos en el cambio climático.

A bordo del velero Fleur de Passion han viajado también diecisiete jóvenes ilustradores que han plasmado en dibujos lo vivido durante la travesía, ilustraciones que se expondrán el próximo mes de septiembre en el Archivo de Indias de Sevilla.

El buque llegará a la capital andaluza el 6 de septiembre y permanecerá anclado en el llamado Muelle de las Delicias, frente al acuario, hasta su partida de allí para participar, el 20 de septiembre, en un gran desfile naval en Sanlúcar de Barrameda, desde donde viajará a la Bretaña francesa.