Vivimos en la sociedad del deslumbre y de las cartas envidiadas y envidiosas. La gran mayoría de la población está convencida de que las cosas buenas llegan solas y de que estas lo hacen solamente para algunos o cuando tienen que llegar. Sus ilusiones de cambio se reducen a la espera incierta de que se encienda la luz tan solo mirando un rato la bombilla. Pocos se plantean que, para intentar que sucedan novedades, es preciso hacer cosas nuevas. Realmente y, en general, casi todo el mundo conoce esta premisa pero tan solo una minoría es poseedora de la ocurrencia de la novedad acertada. El resto, o no están dispuestos a hacer el menor sacrificio, o acaban rindiéndose ante el no siempre lineal camino de búsqueda, o prefieren esperar a que su suerte cambie haciendo de vez en cuando una quiniela que casi nunca toca.

Extrapolando este puñado de metáforas a la vida real, si queremos adelgazar, tendremos que crear una estrategia permanente y perseverante para lograrlo, como por ejemplo, retirar el pan, los postres, la pasta y las patatas de nuestra dieta... No hay otra. Y, además, deberemos hacerlo el tiempo suficiente para percibir unos resultados que nos alienten a continuar y que nos recuerden que todo esfuerzo acaba teniendo su recompensa... La "lotería" de perder mucho peso de golpe y sin esfuerzo, estaría estrechamente ligada a un tremendo disgusto o enfermedad... Lagarto, lagarto.

Cuando un estudiante decide situarse en el pelotón de cabeza tratando de sacar todo dieces; deberá estar preparado para comerse los libros, pasar muchas noches sin dormir y destinar unas horas de estudio diarias y organizadas que, a veces, le obligarán a perderse muchos planes. Nadie se monta en el diez sin abrir los libros y sin un método constante y concreto. Absolutamente ningún individuo, por inteligente que este sea, logra el sobresaliente solamente echándole un vistazo a los apuntes o escuchando en clase. Quizás sí el aprobado, pero la excelencia no... La "lotería" en este supuesto radicaría en tener la fortuna de que justo caiga en el examen aquella materia dominada pero, el azar, como viene se va y jamás se consolida.

Si una empresa desea aumentar facturación, deberá abaratar costes manteniendo una buena calidad, ampliar línea de productos, o ambas premisas al tiempo. El fin último radicaría en abarcar a un público que se le está escapando y atraer a otro que jamás buscaría sus servicios... Haciendo referencia de nuevo a la "lotería", siempre existe la posibilidad de que un @ famoso se enamore de sus producciones, las muestre gratis y se las dé a conocer a un nutrido grupo de seguidores que irán raudos y veloces a adquirirlas para tratar de parecerse un poco más a su admirado transmisor de información. Esta suerte puede multiplicar las ventas de una empresa durante un periodo de tiempo que, será muy limitado, si el propietario no trata de seguir esforzándose en fortalecer y abrir nuevos horizontes.

La conclusión final a todas estas didácticas reflexiones, no es otra que animarles a poner los medios para lograr lo que desean y que lo hagan siempre con orden y perseverancia. No hay otro truco. Habrá tormentas, cansancio, dudas y hasta tentaciones de abandono; pero si son capaces de combatir contra todos estos elementos utilizando el arma de la tenacidad; yo les aseguro que tarde o temprano encontrarán el remedio a su conflicto o deseo... y lo harán, sencillamente, porque antes habrán puesto los medios para ello. No hay más. Ni menos.