¿Te has vuelto loca?, le contesta una madre a su pequeña cuando esta le dice que quiere kiwis. Una respuesta que no responde a una manía ni a una cuestión de intolerancia alimentaria, sino a la falta de recursos familiares para proporcionarle una alimentación suficiente y equilibrada, una situación que, por lo escuchado en una emisora de radio de ámbito nacional, parece afectar a 1,2 millones de menores en España y, obviamente, también a los adultos que viven a su lado.

Y mientras el hambre se introduce y okupa demasiados hogares españoles, la preocupación de un buen número de personas dedicadas a la política es subirse el sueldo y discutir acerca de los cargos y las sillas a ocupar. ¿Combatir el aumento de la adversidad ciudadana disminuyendo el nivel de madurez y responsabilidad política?