El profesor Luis Rojas Marcos decía en uno de sus libros que gran parte de la responsabilidad del fracaso matrimonial de los jóvenes de nuestros días, era debido a la ingenua idea de que la vida en pareja es un camino de rosas. Y después, cuando pasa el tiempo y viene la rutina de la mano de los problemas cotidianos de toda índole, es cuando llega el desencanto, y uno se desinfla. No obstante, el profesor Jesús G. Maestro cree tener la solución cuando dice que educar es conducir al desengaño. Sin embargo, un día, mientras comía con un profesor de Veterinaria, éste me comentó que la gran mayoría de los chicos experimentaban una metamorfosis a lo largo de su carrera que dejaba a Gregorio Sansa a la altura del betún. Y lo argumentaba diciendo: empiezan la carrera con pensamientos románticos y acababan con ideas crematísticas. De lo cual se deduce que no siempre la educación es un río de aguas cristalinas. En ocasiones, la educación nos saca de un charco para meternos en una ciénaga. Como siempre pasa cuando el hombre interviene en el devenir habitual de la naturaleza. Y como botón de muestra, aún perdura en nuestro recuerdo aquel 7 de agosto de 1996 en el campín de Las Nieves en Biescas. Desde aquí les mando mi más emocionado recuerdo a las víctimas de aquel desgraciado accidente.