Cuando se quebranta una ley, se infringen todas. Porque, en ese momento se pierde toda la autoridad moral. ¿Qué lecciones de moral podría dar, por ejemplo, un pederasta, verdad? Voy a dar algunos ejemplos para ilustrar lo que quiero decir: tenemos la irregular alarma que estos casos suscitan en la sociedad, en los familiares de estos niños, en la forma en la que la ley actúa, en la resignación con que se reciben estas noticias aduciendo que "con la Iglesia hemos topado". Ahí tenemos el caso de Michael Jackson, del clero, del silencio cómplice de la Iglesia, de los Boy Scouts... Qué son estos casos comparados con el alboroto que se armó con La Manada, ¡nada que ver! No voy a entrar en juicios de valor sobre si la violación sucesiva y prolongada durante años de un niño a manos de su monitor, del cura o de aquel que soborna a sus padres para que callen, es más grave que la violación de una persona adulta por cinco individuos en una noche de San Fermín, eso se lo voy a dejar a usted. Pero lo que me parece intolerable es que haya cientos de niños violados y sus violadores sigan en la calle. Según creo, la inconsciencia del mal puede ser una circunstancia atenuante. Pero una vez se es consciente, ya no hay excusa posible.