Los empresarios coruñeses alertan de la fuerte dependencia de los servicios en la provincia, especialmente en el área metropolitana de A Coruña, frente a la caída sistemática de un sector industrial cada vez menos pujante, según se desprende del último Informe de Coyuntura Económica, presentado esta semana por los clubes financieros de A Coruña y Santiago.

En la comarca coruñesa el sector servicios supera el 80% del valor añadido bruto, (VAB), que equivale al producto interior bruto PIB, más los impuestos indirectos netos. Este porcentaje es superior al del conjunto de la provincia (74%) y al de Galicia (64%). La llamada de atención de los empresarios no es nueva; se repite insistentemente en cada nuevo informe y se suma a la radiografía de la Cámara de Comercio que incide en el mismo problema.

La economía coruñesa sigue un camino inverso a las directrices marcadas por la Unión Europea que fijan como objetivo alcanzar un grado de industrialización del 20% para 2020. El área metropolitana de A Coruña no llega ni a la mitad de la recomendación europea ya que la industria aporta aquí solo el 9,5% del valor añadido bruto.

Es precisamente el sector servicios el que genera empleo de peor calidad en cuanto a salarios y temporalidad. El último informe sobre el coste laboral publicado el pasado miércoles por el Instituto Nacional de Estadística revela que aumenta la brecha sectorial de modo que el sueldo medio en la industria sube en Galicia y se sitúa en los 25.000 euros brutos, mientras que cae el del sector servicios, tradicionalmente más bajo, hasta quedar en una media de 19.297 euros.

Casi el 90% de los puestos de trabajo que se crean en Galicia son eventuales. Esta temporalidad y la debilidad del empleo es desde hace años lo que genera uno de los problemas más preocupantes de la comunidad: el éxodo de los jóvenes. Un reciente estudio del Foro Económico constata con alarma que Galicia ha perdido el 22% de su población activa joven solo cuatro años y que esta sangría se ha acelerado desde el comienzo de la recuperación económica en 2014 y que avanza a un ritmo que doble el del conjunto del país.

Los empresarios advierten de la excesiva concentración de la actividad económica de la comunidad gallega en torno a la automoción y, especialmente en el caso de A Coruña, al sector textil. Consideran que resulta fundamental aumentar el peso de la industria como generador de riqueza y empleo estable y abogan por promover su diversificación en áreas productivas con un fuerte componente de I+D+i, que además puedan suponer una salida laboral para el capital humano de alta cualificación generado por las universidades gallegas.

El proyecto de la Ciudad de las TIC surgido a iniciativa de la Universidade da Coruña con la colaboración del Clúster TIC, que agrupa a empresas y profesionales del sector de las Tecnologías de la Información aspira a ser una importante herramienta en la reversión del preocupante declive industria puede ser una esperanzadora iniciativa. El sector TIC ha experimentado un enorme crecimiento en los últimos años; las cifras dan la medida de la creciente fortaleza que ha alcanzado en la comunidad: cerca de 3.400 empresas y más de 21.000 profesionales con un valor añadido bruto de 21.000 millones de euros. El complejo tecnológico que se instalará en Pedralonga, en los terrenos de la fábrica de armas puede ser un catalizador capaz de retener talento pero es solo un apunte más del profundo debate que requiere el área coruñesa sobre el cambio de modelo económico.

La llamada Ciudad de Servicios fue la apuesta de las últimas décadas, junto con la promoción inmobiliaria, que dejó en segundo plano los polígonos industriales. Los sindicatos ven una quimera que la actividad industrial coruñesa remonte hasta suponer el 20% del PIB que marca Bruselas sin un cambio de rumbo de las administraciones. El sector servicios no basta; es hora de atender la llamada de atención de empresarios y trabajadores para diseñar el cambio de estrategia que garantice el futuro económico de A Coruña.