Tiberio fue emperador romano hasta el primer tercio de nuestra era, famoso por las grandes cantidades de oro y plata acumuladas ociosamente en el Tesoro y responsable de los elevados tipos de interés, causando pánico financiero; la tierra ya no valía nada. Ante tal catástrofe les inyectó a los prestamistas y banqueros „tanto monta„ un millón de piezas de oro público sin interés para que pudiesen dar crédito con la garantía de la tierra. ¿Verdad que suena a burbuja, a rescate bancario que no es tal rescate de Rajoy, Trump, Le Pen, el Brexit...?

Nos lo cuenta Robert Graves (1895-1985) en Yo, Claudio, gracias a él muchos descubrieron cuánto se parece nuestro mundo al de los césares y nos explica que "Por esa época los delatores empezaron a acusar a los hombres de dinero de cobrar un interés superior al legal sobre los préstamos; lo único que se les permitía cobrar era el 1.5%. El reglamento respectivo había caído en desuso hacía tiempo, y muy pocos senadores eran inocentes de su violación. Pero Tiberio confirmó su validez".

Como ven las puertas giratorias no son un invento reciente: el Senado romano estaba lleno de banqueros y prestamistas que ni siquiera disimulaban su condición. Pero, claro, al ser acusados de cobrar intereses muy superiores al legal „un tipo, por cierto, bastante razonable y que indica que ya los romanos tenían muy claro cuál podía ser el precio real del dinero„, los banqueros se pusieron nerviosos e hicieron lo primero que suelen hacer cuando se ponen atacados: pedir al Gobierno de turno que cambie las leyes. Como entonces el gobierno era el emperador en persona, acudieron a él. Ya que Tiberio había confirmado que el tipo legal no podía superar el citado el 1.5%, hecha la ley, hecha la trampa; al mismo tiempo se les concedió año y medio de moratoria para la adaptación que aprovecharon para recuperar sus deudas hasta que llegó la inyección publica, igualico que las subprime y sus consecuencias.

¿Era mucho un millón de piezas de oro? Seguro que sí, pues el propio Graves, en una nota que abre la novela, aclara que "La pieza de oro, el áureo, equivale a100 sestercios o 25 denarios de plata". Tomemos un ejemplo de la propia novela, el funcionario tipo, el legionario cobraba en"apenas cuatro meses de paga, tres piezas de oro". Es decir, que con ese millón de monedas de oro se podrían pagar durante un año los salarios de 22 de las 28 legiones, que había con 5.000 hombres cada una. Así que sí, definitivamente, el rescate bancario realizado por Tiberio con el dinero público fue bastante caro.

Como los de ahora. Y hubo que esperar dos mil años para que alguien nos contara la realidad y la leyésemos en una novela.