¿Qué diferencia existe para nuestro Gobierno entre el Aquarius y el Open Arms? Salvo el nombre del barco, ninguna; sus integrantes son personas en un estado de necesidad severa que por diversas y muy justificadas razones, salen de su país en busca de una vida mejor, muriendo en el intento muchas de ellas. Niños, mujeres muy vulnerables que cuando deciden abandonar su país se exponen desde el inicio a sufrir entre otras barbaridades: abusos, acosos, violaciones , etc., madres que tienen que presenciar cómo después de ser violadas, violan a sus hijos, sufriendo en silencio porque tienen que atender, calmar y arropar a sus hijos (por la barbarie cometida con ellos) con la única medicina que poseen: el amor y el calor de su cuerpo. Sus miradas de horror, pánico, terror, miedo, angustia, necesidad, protección, ayuda, comprensión, tolerancia, te hacen sentir un ser despreciable, por lo menos a mí. Las declaraciones poco afortunadas de un señor italiano que dice ser político sobre el Open Arms, incluso las del propio ministro Ábalos sobre que no tiene capacidad jurídica el capitán para pedir asilo a España, me hacen reflexionar sobre los siguiente: Y si fuera su mujer y un hijo el que pasase por esa situación, ¿actuarían de esa manera? Yo seguiría pensando lo mismo: ningún ser humano debería estar expuesto a unas condiciones y peligros tan extremos y no digamos si son niños. Es cierto, han cometido un delito gravísimo e imperdonable: intentar buscar una vida mejor.

Delito que nosotros hemos cometido a lo largo de la historia con el mismo fin: vivir. Padecemos una amnesia colectiva tan brutal que nos impide recordar que nosotros también hemos sido migrantes y refugiados. Hagan algo para curar esta maldita amnesia colectiva.