Y no será porque los 61 trabajadores despedidos forzosamente de la Fábrica de Armas no lo hubiésemos advertido por activa y por pasiva... Cuando supimos quién estaba detrás de Hércules de Armamento hicimos saltar todas las alarmas pero Defensa las ignoró, nunca sabremos por qué, y ahora van de indignados y reclaman la devolución de las instalaciones que jamás debieron poner en manos de Ramón Mejuto. Hércules de Armamento, empresucha creada semanas antes de presentarse al concurso ya olía de lejos, personajes del sector inmobiliario reciclados en fabricantes de armas, vaya tela! Ni Concello ni Xunta ni Gobierno quisieron verlo venir a pesar de los muchos indicios. Con los primeros impagos de nóminas, a proveedores, a la SS, Hacienda, canon, etc comenzó la agonía de la fábrica. Se incumplieron sistemáticamente todos y cada uno de los puntos del pliego de condiciones del concurso, ¿por qué no se tomaron medidas antes?... otra pregunta que jamás tendrá respuesta... Ahora volvemos a la casilla de salida. Yo, de los 61 de Pedralonga, miraré el proceso con escepticismo, perdida la confianza en los que mandan, no queda más que encomendar nuestra querida fábrica a Santa Bárbara bendita para que esta vez alguien, en algún despacho de alguna institución, haga las cosas un poco mejor.