La Tercera de ABC ha sido, de siempre, un espacio de opinión abierto a la derecha española, sobre todo a la derecha más monárquica, católica y conservadora. Durante la dictadura del general Franco escribieron en esa página importantes personajes de la capada (así la definió Gaziel) intelectualidad que sobrevivió a la Guerra Civil en el enrarecido ambiente cultural del interior. La mayoría de ellos gente de buena pluma y cultivada erudición que aprendió muy pronto a sortear con habilidad los asuntos políticos para lucir la prosa en otros cometidos menos peligrosos. En esa Tercera hicieron brillar su ingenio filósofos como Ortega y Gasset y Julian Marías, escritores como Azorín, Pérez de Ayala, Jacinto Benavente, Fernández Flórez, José María Pemán, o Gregorio Marañón, periodistas como José María Masip o Luis Calvo, y un largo etcétera que no vamos a hacer exhaustivo. Con la llegada de la democracia la Tercera de ABC dejó de ser el espacio periodístico privilegiado que había sido durante la satrapía y aparecieron otros medios y otras tribunas para dar cauce a la variedad ideológica que permitía el nuevo régimen. Como consecuencia de ello, el nivel literario de la Tercera decayó notablemente. No obstante, en esa página es posible todavía leer algunas curiosidades. Por ejemplo, la que nos brindaba el pasado viernes, 23 de agosto, Francisco Vázquez y Vázquez, exalcalde de la ciudad de A Coruña (él la escribe siempre con L para hacer notoria su castellanización, y embajador a la fuerza en el Vaticano para echar tierra sobre el escándalo de la compra de su casa). El articulo lleva por título La (des)memoria histórica y va ilustrado con el dibujo de cuatro hileras de calaveras ensartadas con un palo como si estuviesen preparadas para algún juego siniestro. Para aumentar la intriga del lector, las calaveras están pintadas con lo que parecen los colores de la bandera republicana. El resto del artículo es un pretexto para insultar a la dirección actual del PSOE, una facción a la que él califica de "okupa", y cuyo principal objetivo, según parece, es reconvertir ideológicamente un partido antaño patriótico en un eficaz instrumento del revanchismo. "Todo este revanchismo alentado desde el gobierno sanchista „escribe Vázquez„ nos retrotrae a los españoles a 1939, ya que los mismos discursos y políticas de entonces son los que hoy se aplican, simplemente invirtiendo los términos: la ley de Memoria Histórica sustituye a la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería mientras que el Tribunal de Orden Público es reemplazado por la llamada Comisión de la Verdad. No es una memoria para todos". El aserto parece una demagógica exageración. Como también lo son las interpretaciones sobre el pacto de no agresión firmado entre la Alemania nazi y la Rusia Soviética (que no evitó la posterior invasión), ni las matanzas de Katyn. Y en otro sentido, los asesinatos, a manos de incontrolados, de exministros republicanos un 23 de agosto de 1939 en la cárcel Modelo de Madrid. Por cierto que, uno de ellos, fue un tío abuelo mío, Manuel Rico Avello, que había sido ministro de Gobernación y Hacienda en dos gobiernos distintos, y Alto Comisario de España en Marruecos. Traer a colación a tanta gente, y tan distinta, para un ajuste de cuentas político, no acredita rigor intelectual.