En los estudios de trabajo social el contenido de las materias encauza la profesión hacia la caridad y el asistencialismo. No a la integración social. Al final, la cronificación de esa pobreza extiende sus tentáculos en los albergues. O en los dispensarios de alimentos. Las políticas Housing first actualmente en marcha no han conseguido sus objetivos, porque estos objetivos quizá nunca han ido más allá de la mera puesta en escena. A buen seguro sin embargo que el consultor que los ha diseñado ha recibido un buen dinero por sus servicios. Sin duda se requieren cambios mas profundos: no obstante, las opciones continúan siendo mínimas dada la falta de motivación política para mejorar y cambiar las cosas. Una de ellas es la carencia de vivienda asequible; de modo que la evaluación de las personas sin hogar o en riesgo de perder su casa, se convierte estrictamente en una criba que, como en la mayoría de los servicios públicos, está regido por objetivos. Y aunque esto no es óbice para que excepcionalmente algunas personas, logren superar los filtros impuestos, entonces los servicios se va a encontrar compitiendo en el sector privado para conseguirle ese alojamiento que no tienen. Alquilar una vivienda o simplemente una habitación a un pobre en una pensión del extrarradio es todo un reto sin duda. Además, los alojamientos son caros y de pésima calidad; pero los propietarios juegan su baza que convierte en fuente de ingresos la falta de más vivienda asequible. En ese dilema nos movemos cuando se trata de elegir quién merece tener un techo y quien no: es un concepto extraño en el siglo XXI; de trabajar en un servicio en el que no ayudar a las personas se considera un mérito debe resultar bastante penoso sin duda. No obstante, otros dirán que siguen haciendo este trabajo porque solo cuando ocasionalmente pueden pasar a alguien por la puerta de atrás, ya les compensa. No hay café para todos. Ciertamente, es fácil ser crítico y acusar al sistema de incompetencia, no cabe duda de que pelear desde adentro y ocasionalmente marcar una diferencia en la vida de alguien que pide ayuda, hará que todo este enredo valga la pena.