De entrada aclaro que no he visto la película Joker, aunque he recibido todos los impactos noticiosos y publicitarios al igual que el resto del público que seguimos los medios de difusión, y por eso estoy al día de los éxitos que va logrando, tanto en premios como en taquillas. Lo normal, hasta ahí. Sin embargo, alguien que me merece toda confianza, me comenta el impacto que supuso para él ver la sala de proyección de Joker el día del estreno llena de críos, sí, sí, de niños y niñas de 10 y 12 años, y bastantes más adolescentes quinceañeros. Mi informador decía que a esas familias, y a los responsables de tal chiquillería, les habían metido un gol como una casa con el reclamo de que Joker es un personaje de cómic, un payaso que lucha contra Batman. Tremendo error, añadía mi informador, porque es una película muy bien hecha, eso sí, pero violenta „eso se puede leer en todas las críticas publicadas„, terrorífica, incluso subversiva, nada apropiada para público infantil que era el que poblaba la sala a la que asistió mi informante. ¿De qué vale la clave NRM 18 „ no recomendada para menores de 18 años„ si se hace la vista gorda en los cines y las familias se chupan el dedo con la disculpa de que es un personaje de un tebeo?