Ya lo habían prometido en la campaña electoral de las elecciones autonómicas, son creacionistas y genitalistas (no sé si existe la palabra), por lo tanto solo consentirían que en las aulas a las que sus descendientes acudiesen se hablase de Adán y Eva, de Caín y Abel y de su futura descendencia, teniendo en cuenta que se encuentran con un problema reproductivo que no sabemos si se hubo resuelto con hembras o machos de otra especie que habitase en un palomar paradisíaco.

El problema surge en comunidades autónomas en las que los ultracatólicos tienen agarrados por sus asuntos a los gobiernos de coalición de la derecha y tratan de imponer que sus hijos ignoren los conocimientos comprobados; les llega con la doctrina clerical.

Parece que no conocen la responsabilidad que tienen los docentes, en uso de su libertad de cátedra, de explicar los contenidos científicos, también los referentes a la sexualidad de sus pupilos.

Estos ejemplares, que controlan gobiernos en Andalucía, Murcia, Castilla-León..., consideran que tienen derecho a enviar a las familias una especie de formulario para que estas autoricen o no que sus retoños escuchen determinados contenidos curriculares coartando la libertad de programación del centro educativo y su desarrollo por parte de los docentes a los que les corresponde impartirlo.

Por desgracia, el alumnado que no manifieste su oposición recibirá enseñanzas de religión católica, evangélica o islámica al amparo de una Constitución aconfesional y un Concordato preconstitucional; hemos de seguir soportando que esos contenidos se sigan impartiendo en la escuela y no en la familia o en la secta correspondiente.

Le llaman algo así como PIN parental, expresión ridícula ya que comparan al profesorado con un cajero automático y a sus hijos con los billetes que vomita la máquina si acertamos con el número. ¿Para qué? Para saber que su hijo tiene un compañero homosexual, qué es un DIU, un preservativo o las células madre; qué pasaba entre Calixto, Melibea y la Celestina; cómo nació la obra de Luis Cernuda; quién fue Hipatia; para saber que, muerto el Nobel Santiago Ramón y Cajal, su Junta de Ampliación de Estudios fue transformada bajo los auspicios de la Inmaculada Concepción de María y que el exiliado Severo Ochoa recibe el Nobel en 1959.

Para hacerme oír, he de respetar los consensos sociales, huir de éticas privadas que solo discriminan. La comunidad educativa ha de unirse en defensa de los derechos del alumnado a una educación en una escuela mixta, científica, coeducadora, que respete afectos y emociones, que permita desarrollar íntegramente la personalidad.

Si alguien no está de acuerdo y quiere llevarse a su hijo del sistema educativo, hágalo. Si le sale algo raro y el Estado ha de actuar contra él y con contra usted, tenga un buen abogado.