Mario Vargas Llosa es, no cabe duda, un gran novelista, pero no puede decirse, sin embargo, lo mismo de sus dotes predictivas: las gafas tintadas de neoliberalismo que gasta desde hace tiempo parecen impedirle una visión clara.

Basta, por ejemplo, comparar lo que ocurre estos días en Chile, con una población soliviantada, con lo que el autor de La Ciudad y los Perros escribió en 2010 para celebrar la primera llegada del conservador Sebastián Piñera a la presidencia de ese país.

Es este un político cuya vida ha estado desde siempre estrechamente vinculada al mundo de los negocios y dueño de una de las mayores fortunas de su país con un patrimonio, que en 2017 la revista Forbes cifraba en unos 2.700 millones de dólares.

Nada más oportuno que citar ahora el encomiástico artículo que nuestro premio Nobel dedicó entonces a Piñera y que encontró, como era lógico, un gran eco en distintos medios.

"Hacía 52 años „escribió Vargas Llosa„ que la derecha no ganaba unas elecciones en Chile. Pero no es la derecha cavernaria, autoritaria y conservadora de Pinochet. Es además un serio revés para Chávez y su grupete de países".

"Con Sebastián Piñera en la Presidencia „añadía„ el desarrollo económico y la democratización de Chile recibirán un fuerte impulso y consolidarán el progreso integral de la sociedad chilena, que desde la caída de la dictadura de Pinochet, hace 20 años, es el más profundo que ha conocido América Latina".

Más adelante en ese mismo artículo, el novelista reconocía, en cierto modo, el mérito de la izquierda que había gobernado Chile en los veinte años anteriores al triunfo de Piñera comparándola favorablemente con la que subió al poder con la Unidad Popular y Salvador Allende, "que creía en la Revolución y el socialismo, no en la democracia liberal" y cuyo modelo "era la Cuba de Fidel Castro".

El autor de Conversaciones en la Catedral parecía, sin embargo, mostrar cierta comprensión por el golpe de 1973 contra Allende al escribir cosas como estas: "Su política de privatizaciones y de desenfreno fiscal provocó una inflación estratosférica, caos y empobrecimiento generalizado, lo que hizo posible el golpe militar y la dictadura de Pinochet".

¡Como si ese golpe no se hubiese preparado cuidadosamente en Washington con ayuda de la CIA! Se parecen, por otro lado, tan especiosos argumentos a los que algunos usan todavía aquí para justificar el golpe militar de Francisco Franco y sus compañeros felones contra nuestra Segunda República.

En vista de la violencia callejera que no cesa en Chile como protesta por la carestía de la vida y el cada vez más desigual reparto de la riqueza y ante la contundente respuesta de Piñera, que, acosado por el pueblo, ha recurrido a instrumentos represivos que recuerdan a algunos la época de la dictadura pinochetista, ¿qué tiene que decir ahora el novelista y continuo azote de Nicolás Maduro?

¡Nada mejor que consultar de vez en cuando la hemeroteca!