La Comisión Europea invita expresamente a las autoridades españolas a remitir, tan pronto como sea enviado al Congreso de los Diputados, el borrador presupuestario para 2020. Es cierto que la situación política no lo pone fácil, pero España lleva demasiado tiempo sin presupuestos, prorrogando los del Gobierno anterior, y que la compleja situación no quita para enviar un cuadro que al menos respete las líneas rojas marcadas por Bruselas.

La advertencia de que se necesita un verdadero esfuerzo estructural muestra a las claras que no sirven parches, y que se necesitan medidas de fondo y a largo plazo. El varapalo de Bruselas es una nueva llamada de atención sobre el hecho de que el Gobierno parece haberse instalado en la provisionalidad; un Gobierno en funciones que, mientras dedica sus principales esfuerzos a medidas electoralistas, descuida los deberes que le son propios. Tras las elecciones celebradas ayer, no parece que las condiciones vayan a mejorar. El varapalo seguirá en alto.