El mes de las evocaciones, el himno gallego y la bicicleta estática

Inauguramos el mes de las emociones y afectos, de la evocación, de las "poinseitias", de los juguetes y golosinas en el que la sonrisa infantil dibuja su alegría más agradecida. La primera semana de diciembre (7-12-07) se cumplen 112 años del estreno del himno gallego, compuesto por el vate coruñés Eduardo Pondal. Casi en esa misma fecha de 1956, Fidel Castro incautaba el Centro Gallego de La Habana construido con piedras de las canteras de Parga (Lugo). Por estos pagos, en La Coruña, seguimos con la política en el apeadero. El Centro de Salud y Mercado de Santa Lucía hasta el 2021, entre los dimes y diretes de la Xunta y el Ayuntamiento, la "humanización" de los accesos a la ciudad ha pasado página, lo de Nostián huele mal, el botellón es un asunto multidisciplinar que no se aborda como tal, y los vecinos del Castrillón acusan al Gobierno local de "lentitud" en su actuación barrial. A su vez, en el Consorcio, como suponíamos, se registró la presencia bravuconal de algún protagonista, cuya versión amable cuasi amanerada es cursi, síntoma más acusado del horterismo. En Marea no quiere perder visibilidad y reclama el cumplimiento de los acuerdos que apuraron a doña Inés a la Alcaldía, mientras rige el veto al PP que es algo más que conculcar derechos fundamentales, es decir, todo lo contrario que los "progresistas" decían defender. Don Xulio fue un alcalde que no estaba cómodo entre las nobles paredes del Palacio Municipal, ejemplo de que la política refleja la convicción moral y, en algunos casos, una falta de convicción. Su sucesora, (doña Inés Rey) está en el descansillo, con el obligado retrovisor, resolviendo entuertos heredados, que afloran como el acné. Si espigamos sus manifestaciones, observamos que no revelan ningún compromiso: debe de ser la prudencia o tal vez que las ideas en el hemiciclo municipal se reducen, en su planteamiento, a una relación de fuerzas. Es una derivación de aliarse con minorías, cuya velocidad de crucero es la polémica y la negativa. Conviene considerar que la autoridad sin poder carece incluso de valor decorativo; la energía, el impulso o la postración de un municipio, nace de su propio ayuntamiento.